Valentino

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¡Hola! Vuelvo con la historia, espero que les guste este capítulo, bueno, disgrutenlo, adiós:

 Charlie se separó rapidamente de la mirada que la condenaba así que se acercó al horno y sacó los pastelitos para todos, totalmente roja. De mientras, tal venado hacía un café negro totalmente amargo. Intentó taparse la cara con el pelo, agachando la cabeza para que su rubor no se notara. 

-Vaya, parece que hicieron algo delicioso, a parte de esos pasteles -dijo una araña rosa de cuatro brazos. 

-¿QUÉ? ¿A qué te refieres Ángel? -dijo Charlie totalmente ruborizada y nerviosa.

-¿Tú que opinas fresa proxeneta? -dijo Ángel. 

Alastor para no girarse y que todo el mundo lo contemplara ruborizado decidió crear un portal bajo sus pies y desaparecer del suelo. 

-Sabía que haría eso -dijo el actor con una expresión cómica. -Es muy tímido. 

La chica solo se ruborizó algo. No sabía que hacer, acababa de besar a Alastor e igual alguien los había visto. Se sentía mal, el demonio de la radio tenía mucha reputación, con su mala imagen, igual se la bajaría. No quería que su situación empeorase gracias a ella. 

-Ángel, ¿puedo hacerte una pregunta?- dijo ella algo decepcionada. 

-Dime, rubiecita -dijo él de broma. 

-Mi reputación.... ¿es muy mala? -preguntó ella. 

Tal pregunta sorprendió al arácnido. 

-¿Por qué lo quieres sabes? -dijo él algo nervioso y asombrado.

-Porque... si consigo que mi reputación sea mejor... al igual, puedo sentirme más libre sobre.... algo- dijo ella. 

-Entiendo, no quieres manchar la imagen de tu querido radio demon ¿verdad?- dijo él con una cara pícara. 

-¿Qué? NOOO para nada -dijo ella intentando tapar su rubor. 

-Jaja, no engañas a nadie, barbie demoníaca- dijo él. 

-¿Quién es Barbie? -dijo ella con curiosidad intentando desvíar el tema.

-Una muñeca, nada. Sin más. -dijo él. 

-¿Qué debo hacer para mejorar mi imagen Ángel?- dijo él. 

-Jajaja, la verdad, te diré una cosa, para tener una imagen tan perfecta como la mía tendrías que ir a mi estudio, pero... no creo que la historia te vaya- dijo él. la afeminada arañita pensó que Charlie se lo tomaría a broma, pero lo que nunca pensó fué es que ella fuera a tomarselo en serio. 

(...)

Un demonio muy conocido por sus masacres y sus emisiones radiofónicas escribía ese momento, sus impulsos, sus sentimientos, el tacto que había sentido al juntar sus labios con los dulces y negros como la obsidiana labios de la princesa. 

Rememorar el momento lo hacía sonrojarse, y eso lo escribía y lo desahogaba en esa pequeña libreta con forma de libro, de tapa dura y roja con líneas decorativas doradas. 

(...)

(Salto de tiempo) 

Una rubia leía la página con dolor, con un agujero en el pecho, con la mente destrozada de tanto culparse por su actitud. La princesa no aguantó más, dió un grito desgarrador, ensordecedor, tal acto hizo que todos los que estaban en el salón sitieran más lástima por la pobre princesa. 

(...)

Al día siguiente, después de la charla que tuvo Charlie con Ángel, decidió pasarse por el estudio de Valentino. Sabía que era una estupidez, pero si eso mejoraba su imagen, haría lo que fuera. Había redimido a muchos demonios, pero eso hacía que los que amaban el infierno la odiaran tanto.... y eso era tanta gente... 

Abrió la puerta de el edificio de las Uves, de esa manera, conseguiría que avisaran a Valentino más rápido que el rayo. 

Una figura parecida a una mantis, totalmente calva y con unas gafas con forma de corazón, y sin hablar de tal horrible bata u albornoz. 

-Qué sorpresa más agradable, su majestad... ¿A qué debo su... excitante visita? -dijo haciendo una reverencia mientras agarraba el brazo de la princesa. 

-Quiero saber algo, Valentino. -dijo ella firmemente. 

-¿Que requiere mis conocimientos, querida princesa? -dijo él sacando su lengua de una forma asquerosa hacia el brazo de la princesa.

-Quiero saber si mi reputación subiría si hago una sesión, siempre que sea privada, sin copias y solo se pueda reproducir una vez. -dijo ella firme. 

-Vaya, no me esperaba nada como su oferta, su majestad -dijo él ajustando su cigarro.- Me gustaría que yo pudiera usar ese material, una vez grabado. 

-No quiero que usted tenga ningún tipo de material así mío. Olvídelo, esto ha sido un error- dijo para darse la vuelta soltándose del agarre de Valentino, era un tipo horrible. 

Valentino se rió, para luego decirle algo a su robor sirviente demoníaco, Kitty. 

-No creo que nuestro encuentro sea tan corto, princesa- dijo malévolamente. 

-¿Qué? -notó un pinchazo en el costado de su cadera, notó como sus ojos se cerraban lentamente. -No- dijo perdiendo el conocimiento- Alastor -fué lo último que dijo. 

-Muy buen trabajo Kitty- dijo el asqueroso Valentino. -Lo has hecho genial. 

(...)

Alastor buscaba por todas partes a Charlie, quería verla, necesitaba verla, por alguna razón, sentía que algo malo pasaba, porque ella no se encontraba en ninguna parte. Sus orejas se movieron y concentrándose mucho pudo oír las muy leves palabras entre todo el barullo del infierno. 

"¿Qué? -No- Alastor"

Tales palabras pusieron al demonio de la radio alerta, no dejaría que nada le pasara. 

-ÁNGEL ven aquí- dijo con un aura muy oscura. 

Un afeminado ser arácnido bajó rápidamente para asustarse con la apariencia del venado, quien de la rabia empezó a levitar, estaba usando mucho poder. 

-¿Dónde       está        Charlotte?- dijo muy enfadado

-Ey ey ey venadito tranquilo no sé dónde está Charlotte, enseiro, no tengo ni idea, puede que haya ido a promocionar el hotel, o haya ido a hacer la compra no tengo ni idea -dijo nerviosamente la araña. 

-¿QUÉ LE DIJISTE? ¡NO ESTÁ HACIENDO ESO! ¡ESTÁ SUFRIENDO! ¡ÚLTIMA VEZ! ¿DÓNDE ESTÁ? -dijo aumentando su enfado. 

-Le dije de broma que fuera a visitar a Valentino pero no creo que haya ido a verlo -dijo él muy nervioso. 

El aura se hizo muy pesada, suerte para el ser arácnido ya que el demonio de la radio no tardó en teletransportarse con un portal.

Una vez en el estudio de Valentino, todo estaba oscuro, en la penumbra, nada se podía ver, 

En vida y en muerte (CHARLASTOR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora