El primer acercamiento

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¡Hola! Vuelvo con esta historia. Ahora será el narrador quien hable. Nos situamos un poco en el futuro... luego entendereis. Bueno adiós:

Charlie lloraba debastada en su cuarto. Su novia era alguien horrible. Y eso que ella había dibujado una perfecta vida al lado de ella. Todos esos bocetos calleron al olvido después de que ella se redimiera. 

-Charlie, se te ve horrible- dijo Alastor al ver a la futura reina. 

-AH vete Alastor- dijo frustrada mientras, de nuevo, se escondía entre las sábanas. 

Alastor, con dos de sus dedos, delicadamente, apartó la sábana que tapaba su cara y la dejó al descubierto. 

-Querida, te quedarás sin aire- dijo él. 

Alastor metió las manos entre las sábanas para colocar cada mano en cada axila de la mujer, haciendo que fuera levantada por él, saliendo de su refugio de mantas, haciendo que quedara a pocos centímetros del suelo. Luego Alastor la dejó en el piso. Agarró su mano y le dió una vuelta, como si estuviera bailando con ella. 

-Cariño, alégrate, si esa chica era tan mala para tí, que ahora no esté es bueno. Podrás expresarte como quieras, podrás vestirte como quieras, y... estás soltera, podrás tirarte a quien quieras -dijo para luego arrepentirse un poco de lo último, por que sus propias palabras lo hicieron sentir celoso. 

Charlie dió una pequeña sonrisa. 

-Eso es querida, sonríe, nunca estás realmente vestido sin una, mi bella demonio. -dijo él acercandose para masajear un poco sus cachetes.

-Alastor, ¿Tú crees que de verdad me amaba?- dijo ella. 

-Si te digo la verdad, dulzura, creo que vuestra relación iva mal. Tu novia y tu no teníais mucha química. Tienes que buscar a alguien que te haga sentir, alguien con el que quieras estar a toda costa, a todas horas -dijo con entusiasmo discretamente acercando un poco más su rostro a ella. 

Ella se empezó a ruborizar. Le gustaba mucho que Alastor la tratara como a una verdadera dama. También los motes que le ponía, lo mucho que la ayudaba y la apoyaba, y sin hablar de los celos que sentía cuando Mimzzy o Rossie hablaban con él. Era extraño.

-Creo que me atrae una persona- dijo Charlie de repente.

Eso pilló desprevenido a Alastor, lo que hizo que de alguna manera se sintiera, enfadado, derrotado y humillado y ... ¿triste? 

-Oh vaya, ¿quién es la afortunada? -dijo con algo de decepción.

-O afortunado- dijo Charlie corrigiéndolo.

Algo en Alastor se desató. Algo como... esperanza. Mucha esperanza. 

-No puedo decírtelo todavía Alastor... me da mucha vergüenza, algún día te diré quién es- dijo con firmeza. 

-No, cariño, no tengas ningún tipo de vergüenza, estoy aquí para tí y soy capaz de guardar, muy bien los secretos- dijo expresando lo último algo seductoramente. 

Cosa que hizo que la bella demonio se ruborizara mucho más. 

-Emm Alastor si me disculpas voy al baño -dijo muy rapidamente encerrándose. 

A Alastor le pareció muy tierno tal acto de la rubia. 

-Querida te espero abajo, no me parece muy bonito estar en tu habitación yo solo sin tu permiso, nos vemos en la terapia -dijo Alastor mientras salía. 

Cuando Alastor cerró la puerta Charlie abrió la del baño. Se sentía roja, que su cara ardía. Le dió un impulso abrió la puerta y agarró de la muñeca y lo volvió a meter en la habitación. El demonio de cabellera roja se extrañó por el comportamiento de la demonio. 

-¿Necesitas algo dulzura? -dijo él con curiosidad. 

La chica lo agarró de la camisa y lo atrajo hacia ella, haciendo que el demonio mirara hacia abajo mientras ella le susurraba algo al oído. 

-Él que me atrae... eres tú -dijo ella sin dudarlo ni una sola vez, de hecho lo hizo sin pensarlo, no sabía lo que eso desataría. 

El demonio la atrajo hacia él, haciendo que ella lo besara. Los dulces y calientes labios de la princesa hizo que recordara a todo su pasado como humano. Ya que al entrar al infierno, todo eso se olvida. El sufrimiento por amor era lo que lo convertía en arromántico o asexual, ya que si no lo era se sentiría culpable por la muerte de Charlotte. 

-Charlotte -dijo él. 

-Emm, Alastor... prefiero que me llames Charlie. -dijo ella.

Su cabeza estaba hecha un lío, recordaba todo. Todos y cada uno de los fragmentos rotos. 

Charlie no había recordado nada, algo pasaba con ella. 

-Ah, sí, claro dulzura, lo siento -dijo tiernamente mientras recivía otro largo beso de la princesa

(...)

(Nos situamos en el futuro: )

Una mujer hermosa, lloraba mientras leía atentamente aquel precioso manuscrito, mientras sus puras lágrimas diluviaban desde su rostro. El papel se mojaba al tener reacción con tal humedad. Al acabar de leer tal libro, la heredera al trono cerró el libro para colocarlo en su corazón, como si pudiera absorberlo de tanto que lo apretaba. 

(...)

(Otra vez en el pasado)

Después de ese contacto de sus labios junto a los de la princesa, Alastor tenía mucho de lo que pensar. Estaba en sus aposentos, en su habitación, en el escritorio, con la mano sosteniendo su frente, como si su cabeza fuera a desprender de su cuerpo. 

Una cosa tenía clara, sabía la razón por la que las relaciones amorosas le daban tanto temor y miedo. Alastor llegó a una conclusión después de meditar bastante tiempo. Él se había enamorado de la princesa. Sabía que su "yo" del pasado se enfadaría con tal conclusión, ya que su Charlotte sería la única que gobernaría su corazón, pero esa versión suya murió hace años, y ahora el corazón del venado era conquistado por Charlie. 

Alastor abrió un cajón para ver una libreta, parecida a un libro, con muchas páginas en blanco. Él empezó a escribir, todo lo que había pasado, todo lo que recordaba, y obviamente, sus sentimientos sobre la princesa. Se sentía mejor al escribir en esa libreta, sentía que sus secretos eran liberados. Por fín. 

Por ahora no quería confiar en nadie, no quería que nadie supiera lo débil que era sentimentalmente. 


En vida y en muerte (CHARLASTOR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora