Nadie le hace daño a mi Charlotte

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Hola! Como verán... El titulo dice mucho al parecer...Pero bueno, sigan leyendo, siéntase libres de comentar, yo les responderé si lo desean. Adiós! Les dejo el siguiente cap. !

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Ese grito... Venía de la derecha. Ese grito.... ESA VOZ....¿Qué demonios estaba haciendo Charlotte tan de noche despierta? 

Corrí tan rápido como mis pies me permitieron, y si, iva muy rápido. Mi socio no habría llegado a tiempo a ayudarme, él ni habría oído el grito para venir a ayudarme. El grito que oí era muy lejano. Seguí los pequeños quejidos mientras corría y corría. Nadie, NADIE Y ABSOLUTAMENTE NADIE, le pondría un solo dedo encima a mi Charlotte a menos que no fuera yo. Yo nunca le haría nada, pero cada vez que algún hombre la toca, siento esas ganas irresistibles de matar, de acabar con su vida, de hacer que lo vea todo negro... No me había dado cuenta de que había empezado a sonreír, cerrando más un ojo que el otro. Parecía un psicópata, espero que nadie me viera. 

Llegué a un callejón con una sola salida, estaba a la izquierda, fuí y me encontré con 7 hombres, y mi pequeña e indefensa Charlotte, indefensa, completamente desnuda. La salida a la izquiera no tenía más que un largo pasillo antes de acabar. Era un callejón sin salida, pero oculto. 

Cuando 4 de ellos se inmutaron de mi presencia después de que mis ojos marrones se tornaran completamente carmesís, mis extremidades apretaran mi cuchillo con gran fuerza. El odio que tenía era inimaginable. Fruncí el ceño como nunca y empecé a matar a un primero metiéndole el cuchillo por el lado derecho de la cabeza, haciendo que perdiera la vida en cuestión de segundos, gracias a mi gran velocidad de ataque y agilidad. Sujeté a Charlie con mis brazos, manchándome de sangre. Tenía una gran herida que sangraba en la cabeza. Iva desde la frente hasta la barbilla, haciendo que su párpado se tornara rojo. Tenía los ojos entrecerrados, estaba claro que estaba drogada con alguna substancia para dormir. 

-Nadie, NADIE! Toca a MI Charlotte! Tranquila Charlotte, nadie te pondrá un dedo encima, me encargaré de mover el cielo y el infierno por tí si es necesario. -dije mientras colocaba a Charlotte, con su cuerpo flaco, perfecto, blanquito, mirando a la escena del crimen. Creo que me vió mancharme de sangre mientras me cargaba a todos y a cada uno de sus estúpidos violadores. 

Narra Charlotte: 

Me desperté en una casa muy acogedora, no era mía. Tenía puesto un albornoz, era muy comodo, no era de toalla, como para después de bañarse. Era un albornoz rojo, era precioso. Estaba tumbada en un sofá muy comodo y blandito... Era una sensación preciosa. La manta era de pelo. Me enamoré de esa cama improvisada. Después de tocar con mis pies el suelo de madera, decidí darme una vuelta, ya que por la estructura de la casa, y los recuerdos de ayer.... Esta era la casa de Alastor. Él me salvo y me arropó de esta manera, era... increíble. Me sonrojé al instante. Decidí darme una vuelta por el piso. Vi todos los cuadros, que tenían enmarcadas fotos de New Orleans. Todas las puertas estaban abiertas menos una, estaba entrecerrada, decidí abrirla con cuidado para que no hiciera ningún tipo de sonido.... no sabía si Alastor estaría dentro. 

Y ahí, en ese mismo momento, en ese mismo instante, fué en el que mi corazón empezó a latir rápidamente. Alastor estaba en su cama, arropado hasta la espalda, con una mano que sobresalía. Se veía tan tierno. Me acerqué y pasé mi mano por el costado de su rastro, acariciándolo y dándome cuenta de lo lisa y perfecta que tenía la piel. Después toqué su pelo, era suave, moldeable. Por ultimo... toqué sus labios. Me sonrojé, mi corazón empezó a enloquecer y yo deseé con toda mi alma tocarlos de nuevo, pero esta vez con los míos. Sus labios eran...indescriptibles. 

Cuando volví al sofá me sentí un poco incómoda, ¿que haría ahora? Era casa ajena. 

Narra Alastor

Cuando salió de la habitación me sonrojé de inmediato. Me había acariciado, me sentí....querido. Amaba esa sensación. Note que si yo estuviera en su lugar estaría incómodo una vez despierto... así que decidí levantarme. Yo tenía ropa de vestir. Me daba vergueza acostarme con pijama y ella dentro de la misma casa. 

Me acomodé un poco el pelo... ya que estaba bastante desordenado y conseguí verme un poco decente. 

Me giré hacia el pasillo y pasé. Entré al living (salón) y ahí estaba ella, contemplando todo. 

-Vaya, ya se ha despertado 

-Oh, si, muchísimas gracias

-¿Quiere algo de desayunar mientras le preparo el café señorita?

-Bueno...no quiero molestar...

-No molesta en absoluto, de hecho, me siento un poco solo en esta casa tan vacía

-Entonces...encantada- dijo con una sonrisa

-Vale... ¿Le gusta algo en el café o solo? -dije mientras lo preparaba

-Con leche, por favor. -dijo

-Marchando. Dígame... ¿Qué hacía usted sola de noche?

-Yo... salí de un bar. Había un espectáculo y se hizo tarde. Hice una amiga llamada Vagatha... pero ella ya se había ido cuando el espectáculo terminó. 

-Ya veo...

-Después, algunas personas que estaban en el bar se encontraron de nuevo conmigo. Eran los que me habían estado mirando todo ese tiempo. Por alguna razón, creí que me ayudarían a llegar a casa protegida. 

-Oh... ¿Tenía usted... miedo?

-Si, lo tenía... luego me apartaron a una esquina con un suave empujón y noté un pinchazo. Estaba claro... me estaban drogando para dormirme. 

El café estaba casi listo. 

-Después de eso... me levanté aquí- dijo con una sonrisa

-Oh! Le sigo contando la historia en ese caso -dije

-Cuéntemela por favor... no me deje con las ganas de saber por qué ahora mismo no estoy en un hospital o en el mismísimo infierno

-¿Infierno? ¿Qué ha hecho mal usted?

-Es una forma de hablar... -dijo ella riendo

-Bueno, prosigo tu historia. Estaba con un amigo, cuando decidí ir a casa. En ese momento, cogí mi llave y a la mínima que tocó la cerradura... Se oyó un grito desgarrador. No tardé de darme cuenta de que era usted y empezar a correr como un energúmeno -dije un poco avergonzado

Noté que había un leve sonrojo en la cara de la mujer. 

-Entonces, os encontré. Eran un total de 7. Pero se estaban peleando por algo así que la agarré y salí corriendo para entrar a la velocidad del rayo al portal... Aquellos sujetos se dieron cuenta de su ausencia 10 minutos después. Me pareció un poco inapropiado coger las llaves del bolso de una señorita y entrar a su casa, así que decidí que se quedara en la mía... espero no le importe. -dije sonriendo

Algo me rodeó, eran sus cálidos brazos. 

-Muchas Gracias. 

En vida y en muerte (CHARLASTOR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora