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Missa iba súper enojado. Se encerró en la habitación nueva dando un portazo. ¿Cómo se atrevía ese... Ese... Ese tipo! A meterse con su hijo?
Sin duda había logrado activar su instinto de Omega sobreprotector. A pesar de que Missa no era alguien de conflictos, pelearia con quién sea por proteger a quienes ama. Así que si ese tipo se atreve a volver a meterse con él... No responde a sus acciones.—~—~—~—~—~—~—~—~—~—~—~—~—~—
Philza estaba estresado. La reunión se había prolongado más de lo que estaba estipulado. Pero el rey de Tortillaland no dejaba de hablar y hablar. Ya lo tenían harto. Pero debía disimular, una de las principales reglas de ser rey es: Ocultar tus emociones ante tu pueblo y otros nobles.
Mientras descansaba en su habitación, esperando por qué le llamaran para la cena, pensaba en el día. La consulta con el doctor le había hecho muy feliz. Escuchar ese lindo corazón empezando a latir, era simplemente magnífico. Pero estaba preocupado, las palabras de Cellbit sobre que la forma en que latía el corazón del bebé le empezaba a preocupar.
¿Y si había algo malo con él? Tanto Missa como Philza ya habían creado un lazo afectivo con un bebé que no tenía ni 3 meses de gestación; pero significa demasiado para ellos dos. No soportarían perderlo.
Unos toques en la puerta le hicieron despertar, era una de las sirvientas avisándole que la cena estaba lista.
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Missa ya estaba en el comedor cuando Philza llegó. Cada uno se sentó en un extremo de la mesa. Quedaban muy lejos uno del otro, la mesa era demasiado grande, preparada específicamente para reuniones.
— ¿Ya te acomodaste en la habitación nueva, Missa? — le preguntó teniendo que alzar la voz para que le oyera
— Si! Es muy bonita! Gracias por hacer que la arreglaran para mí — le contestó de la misma manera
Philza soltó un quejido agotado. Se levantó y tomó su silla, todo bajo la mirada confundida de Missa y el resto de Sirvientes de la sala. Se acercó y colocó la silla junto a la de Missa
— Así es mejor — sonrió y tomó la mano de Missa para besar el dorso de esta. El peli-negro sólo se sonrojó ligeramente y sonrió
— Si, así es mucho mejor
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Missa se levantó por culpa de unas fuertes náuseas que empezó a sentir. Se levantó rápidamente y corrió al baño. Así se pasó desde las 6 de la mañana hasta casi las 8, sin salir del baño. Odiaba tener que pasar por estas cosas. Aunque se consolaba con la idea de que en unos 8 meses tendría a su pequeño cachorro entre sus brazos y podría abrazarlo y mimarlo. Cada vez que pensaba en su cachorro, recordaba el sueño que tuvo días atrás. ¿Su bebé lucirá como uno de esos niños? Si es así ¿Quien era el otro niño? No sabía.
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Dos días pasaron muy rápido y ahí estaban otra vez. Missa recostado en la camilla y el doctor Cellbit analizando los resultados de los exámenes que le habían realizado dias antes. Philza se mantenía de pie junto a Missa, sosteniendo su mano para calmar los nervios en el más joven.
— Bien. Ya tengo los resultados de los análisis. Son buenas noticias
Eso calmó a los nerviosos padres, que soltaron un suspiro de alivio
— Missa, Philza, felicidades, van a tener gemelos. — avisó Cellbit, dejando el portafolio con los papales sobre una mesa a su lado
— Oh vaya....
Ahora el sueño cobraba sentido. Por eso tenía dos niños en su sueño. Su corazón latió con fuerza y apretó la mano del alfa, quien le correspondió el apretón y se acercó a abrazarlo. Cellbit salió silenciosamente para dejar a los tortolitos solos.
Philza abrazó a su Omega y besó sus mejillas, este solo reía — Ba-Basta
— No quiero — pegaron sus frentes y se tomaron de las manos — Gracias
— ¿Por qué?
— Por esto. Quiero decir. Porque en unos meses tendremos unos lindos bebés con nosotros y- — acarició las mejillas del otro — Y espero se parezcan a ti
— Yo quiero que se parezcan a ti, tienes lindos ojos
—¿Ah sí?
— Sipi
Ambos se envolvieron en una pequeña cúpula de felicidad durante los próximos 10 minutos, hasta que Cellbit volvió a entrar y les dió una lista con las comidas que Missa podía y cuáles no podía comer. Y la fecha de la próxima consulta
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Un mes después....
Ya casi tres meses de embarazo llevaba y no podía evitar sentirse feliz. Él y Roier se pasaban las tardes buscando nombres para los bebés pero no encontraban ninguno que les gustara. Poco a poco se iba acercando una fecha especial: El cumpleaños de Missa.Philza quería darle una sorpresa. Así que recurrió a Roier y este le dió la solución perfecta para un regalo.
Pero eso lo descubriremos en el próximo capítulo
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The King's Omega {Deathduo}
FanfictionEl rey Philza pensó que jamás encontraría algo por lo que vivir. O eso pensaba hasta que se cruzó con ese Omega {Deathduo} Advertencias: -Historia hecha de fans para fans -Si no te gusta este contenido no entres a leer -Contenido Yaoi Bl-Boys Love ...