Cap 4

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Un mes después del rescate de Valeska.
Múnich, Alemania.

-Ahora eres pelirroja-la voz que solo había oído desde aquel día en sueños me hizo darme la vuelta inmediatamente.

-Legion-jadeo y el asiente, tomando mi cerveza para beberla toda de un tirón-. ¿Qué haces aquí?

-Peleo hoy en el Mortal Cage-informa y levanto las cejas-. No te he visto pelear de nuevo.

Enarco una ceja esta vez, detallando su camiseta y jeans negros. «Siempre básico, pero joder que luce sexy como la mierda»

-Me retiré-me encojo de hombros y frunce el ceño-. Solo por un tiempo, me estoy tomando un retiro de descanso. ¿Por qué? ¿Me has estado buscando?

-No, pero quería encontrarte-toma un mechón de mi cabello y arruga la nariz-. Me gusta más negro. Aunque te ves sexy.

-Es temporal-me encojo de hombros-. Se quitará en algún momento y entonces volveré al negro. ¿Cómo me encontraste?

-Alguien me dió tu ubicación-contesta y ruedo los ojos negando. «Nadie sabe que estoy aquí, simplemente debió verme sentada junto a la maldita ventana mientras pasaba por aquí»

Había estado paranoica un par de semanas desde lo que pasó. Pero Rosalie me había asegurado antes de irse hace dos días que yo estaba a salvo, así que me había calmado.

Era mentira lo que le había dicho a Legion. No iba a volver al Mortal Cage ni en mis peores pesadillas. Iba a tomar el dinero que había acumulado e irme a alguna isla lejos de aquí.

Buscaría otro trabajo. Tendría que adaptarme y... hacer algo mejor que luchar, pero iba a resolverlo en su momento.

-Bueno, me estoy quedando en el hotel de enfrente-señalé el hotel que estaba cruzando la calle-. Si necesitas algo, ya sabes donde estoy, pero tengo que irme.

Me levanté y dejé dinero para pagar la cuenta antes de salir del bar.

***

Los toques en mi puerta me sacan rápidamente de mi sueño, haciéndome tomar el arma de la mesita de noche antes de levantarme, con mi corazón comenzando a latir con rapidez y los nervios comenzando a filtrarse en mi sistema.

Solo cuando era una niña había sentido tan vivamente este tipo de cosas. Dije que no lo sentiría de nuevo pero... aquí estamos.

Me asomo por la mirilla de la puerta y ruedo los ojos cuando lo veo.

Abro la puerta y salto en mi lugar, tensándome cuando los labios de Legion aterrizan sobre los míos inmediatamente.

Mi cuerpo se calienta como solo él puede hacerlo. Como solo él me hace sentir, incluso si había estado nerviosa y cerrada con respecto a mi cuerpo este último mes.

-Necesito follar-dice sobre mis labios, llevando sus manos a mi trasero mientras me hace retroceder dentro de la habitación-. Necesito follarte, Val. Ahora.

Dudo.

Dudo porque estaba insegura, pero al mismo tiempo desde que pasó lo del club había estado sintiendo la necesidad de borrar esa imagen, de borrar a Romanov y la forma en que me tocaba.

Solo él puede hacerlo. Solo Legion.

-Necesito que me hagas olvidar-digo y se inclina para levantarme, obligándome a rodear su cintura con mis piernas mientras él patea la puerta para cerrarla.

Se dirige a la cama, dejándome sobre ella antes de unir nuestros labios de nuevo, esta vez conmigo abriéndome a él. Permitiéndole acariciarme con ese puro deseo sexual que me envuelve en una neblina de deseo.

Sus manos bajan por mi cuerpo, tirando de la tela de mis shorts para hacerlos ceder y dejarme completamente desnuda de la cintura para abajo. Con solo el top ridículamente claro que deja ver mis pezones a través de la tela.

Él los ve cuando se aparta, me sube el top y libera mis pechos antes de tomar uno de ellos en su boca. Sin consideración, de forma ruda y necesitada, haciéndome retorcer y gemir mientras la humedad se acumula entre mis piernas.

Mis manos vuelan a su camiseta y tiro de la tela, rompiéndola en pedazos para acariciar su exquisito pecho, sintiendo como necesitaba más y más de él con cada segundo que pasa.

Mis manos acarician su vientre y desabrocho sus jeans, metiendo mi mano dentro de ellos para acariciar su polla, recibiendo como recompensa un duro chupón a mi pezón que me hace retorcerme y gemir.

-Fóllame ya-exijo y Legion levanta sus ojos a los míos, soltando mis pechos para llevar una de sus manos entre nosotros y acariciar mi entrada con su polla.

-¿Quieres mi polla, Val?-cuestiona y asiento. Entonces se empuja dentro de mi con fuerza, arrancándome el aliento cuando comienza a follarme con bestialidad.

Rodeo su cuello con mis brazos, entregándome por completo a él. Dejando que cada mal recuerdo se borre mientras él me folla, mientras me recuerda que esta decisión la tomé yo y nadie puede tomar lo que me pertenece.

Nadie tiene ese derecho.

***

Frunzo el ceño. Mi celular suena en algún lado de la habitación mientras yo me remuevo en la cama, sintiendo eso entre mis piernas que me hace sonreír.

Duele un poco, pero se siente bien. Se siente bien volver a tener el control sobre mi cuerpo, sobre mi vida.

Legion se fue en algún punto de la madrugada, y no puede interesarme menos mientras tanteo la mesa de noche en busca de mi celular.

-¿Hola?-contesto cuando lo encuentro, apoyándolo contra mi oreja aún adormilada.

-Leska, estoy manejando ahora mismo a tu hotel-la voz tensa de Rosalie me despierta de inmediato-. No sé como, pero Ilenko va directo a ti. Necesito que salgas de ahí ahora.

Joder.

Cuelgo la llamada y prácticamente salto de la cama. Tomo el primer vestido y bragas que encuentro, unos tenis, mi arma y salgo corriendo de la habitación.

Mi corazón comienza a martillear demasiado rápido, el miedo aplasta mi estómago mientras corro escuchando nada más que mis pisadas por el pasillo.

Tomo el pasillo que da a la puerta trasera y me congelo cuando me topo de frente con Legion, que enarca una ceja en mi dirección antes de que el sonido de camionetas frenando rompan el silencio.

Ambos miramos por la ventana, y al ver a Romanov saliendo toco encaja en su lugar.

Alguien me dio tu ubicación. Fue él. Legion me delató, y lo sé porque el reconocimiento brilla en sus ojos cuando ve al ruso.

Entonces corro.

Paso por su lado, corriendo con todo lo que mi cuerpo me permite hasta las escaleras de emergencia, bajando cada escalón con tal prisa que temo romperme algo o caer, pero nada importa cuando tengo al ruso pisándome los talones.

Maldita sea. Joder.

Blood of The Gods [Christopher Morgan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora