Cap 27

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Dos días después...

—¿Por qué estás nerviosa?—la pregunta de Simón me sobresalta y aparto mis ojos de los niños jugando con Peyton.

—No lo estoy. —Frunzo el ceño, girando la pulsera que envuelve mi muñeca—. Solo estoy aburrida.

—Mhm, ¿y por eso miras la hora a cada minuto que pasa?—Enarca una ceja—. ¿Tienes que ir a buscar a Christopher al aeropuerto?

Christopher llega hoy de su viaje.

No he hablado con él sobre su regalo, prefiero hablarlo cuando llegue porque... hay muchas cosas que aclarar. No voy a tomar ese vestido e ir a dónde sea que planee llevarme. Antes necesitamos hablar sobre qué intenta hacer, porque no me fío.

—Oh... no. —Lo miro—. Irá directo a casa cuando llegue.

—Bueno, en el viaje le fue bien. Eso dijo Rosie...—Mira sobre mi hombro y maldice—. ¿En serio? Joder.

Me giro, respirando profundo cuando veo a Luisa y sus amigas acercarse en nuestra dirección, pasando sus ojos de nosotros a los niños jugando en los toboganes.

—¿Quieres que me encargue?—pregunto y él niega, tomando suavemente mi brazo para ponerse al frente y así poder llevar las riendas de la situación.

Lo he visto hacerlo con Rosie. Creo que es él poniéndose alerta, poniéndose como escudo para que nadie se vea involucrado en el drama.

—Buenas tardes—las saluda y yo mantengo mi atención sobre los niños, sonriendo cuando Asher cae y se levanta sin una sola lágrima.

—Ella solo quiere verla, Simón—la voz insistente de Brenda me hace girarme para ver a las mujeres—. Solo cinco minutos.

—No hasta que el juez lo ordene. —Simón se mantiene firme—. Ella ve a Peyton cada fin de semana bajo supervisión. No voy a romper las reglas solo porque... quién sabe qué diablos le pasa.

Respiro profundo, decidiendo alejarme para darle privacidad y rezando para que Rosie no cambie de opinión y venga a aquí.

Será un drama. Sus hormonas de embarazada la hacen estar muy sensible y agotada estos dos días antes del parto, así que ella prácticamente estaría insultando a estas mujeres a diestra y siniestra por molestar y probablemente terminaría en abogados involucrándose.

—¡Taa!—El llamado de Peyton cuando me ve me hace reír.

Ella y los gemelos tienen tan solo cuatro meses de edad de diferencia, sigue siendo pequeña, pero pronto los tres cumplirán dos años y... joder, eso es algo grande. El tiempo pasa rápido.

—Pronto aprenderás a decir "tía"—le aseguro, sujetándola cuando se lanza hacia mi—. ¿Quieren que me lance con ustedes?—sugiero y los niños asienten.

Subo los escalones hacia el tobogán de tres puestos, ayudando a los niños a ponerse en sus lugares mientras siento a Peyton en mi regazo.

Cuento hasta tres en voz alta y me deslizo con ellos riendo cuando ellos gritan emocionados todo el recorrido y cuando acaba se levantan pidiendo que lo hagamos de nuevo.

—Bien, bien...

—Valeska. —Una voz femenina me interrumpe y miro hacia arriba, levantando las cejas cuando veo a Rachel James con una sonrisa amable.

—Rachel. Hola. —Me levanto, aún con Peyton en mis brazos y acaricio la espalda de la pequeña cuando los ojos de su tía se posan sobre ella.

—Hola, cariño. —Se inclina y besa su frente, pero Peyton esconde su cabeza en mi hombro como si no la reconociera. Rachel se tensa—. Soy la tía Rachel...

Blood of The Gods [Christopher Morgan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora