—¿A dónde vamos?—le pregunto a Christopher cuando subo al McLaren.
—A un lugar—contesta y ruedo los ojos—. Te gustará.
—¿Lo hará?—Enarco una ceja, repasando su traje completamente negro mientras yo visto el vestido rojo y los accesorios que me regaló.
—Lo hará. —Asiente y el silencio cae entre nosotros. «¿En serio no piensa darme ningún otro detalle? ¿Quiere que crea que simplemente me gustará el lugar y ya?»
—Bueno. —Suspiro, levantando mi mano para acariciar el collar de oro y diamantes—. Pesa un poco—llamo su atención hacia mi escote y él aprieta los dientes. Sonrío—. ¿Me queda bien?
—Si. —Se detiene cuando llegamos a un semáforo.
—¿Si?—Río—. ¿Y eso es todo?—Tomo una de sus manos y él respira profundo cuando rozo sus dedos contra la joya—. Después de casi rogarme que saliera contigo, ¿no vas a siquiera mirarme un poco?—Deslizo sus dedos por el valle de mis pechos y él gruñe.
—Maldita seas. —Gira su rostro para verme y sonrío cuando suelta su mano de la mía para rodear mi nuca—. Te ves como la maldita fantasía de cualquier hombre, Valeska. El vestido te queda tal como lo imaginé y las malditas joyas luciendo en ti solo me hacen querer arrancarte el vestido y follarte justo ahora.
—Mmm—tarareo, rodeando su muñeca con mis dedos mientras una de mis manos se desliza por su pierna—. ¿Y qué lo detiene, ministro?—me burlo—. ¿O prefieres que te diga Legion? Creo que en ambos eres sumamente sexy. —Me inclino y rozo nuestros labios, apretándome cuando él intenta besarme.
—Chris—contesta y sonrío—. Para ti; Chris, mi amor, mi vida—se burla, con su aliento chocando contra mis labios—. Lo que desees seré.
—¿Y si quiero que seas mío y solo mío?—Enarco una ceja.
—Si tú también eres mía, soy jodidamente tuyo, nena. —Sus palabras me hacen sonreír—. ¿Eres mía?
—No. Aún no te has ganado ese privilegio, Chris. —Deslizo mi lengua por sus labios, satisfecha cuando abre sus labios y me deja entrar.
Deslizo mi otra mano por su saco, tirando de él hacia mi mientras nos sumimos en un beso lento y apasionado que me moja las bragas y me alborota las hormonas de una forma que solo este hombre puede lograr.
—El cinturón—se queja, cuando yo sigo tirando de él y el cinturón de seguridad lo detiene.
—Quítalo—digo y él de inmediato lo hace, permitiéndome recostarme contra la puerta mientras él, casi por completo sobre mi, me besa de forma exquisita.
Nuestras lenguas se acarician, mis manos recorren su pecho sobre la camisa de vestir permitiéndome deleitarme con el cuerpo que conozco tan bien y él... dios, como me fascina este hombre y el control que tiene sobre mi cuerpo.
»¿A dónde vamos?—pregunto—. Necesitamos un jodido estacionamiento.
—Buen intento, nena. —Muerde mi labio con fuerza, arrancándome un quejido.
—Por favor. —Deslizo mis manos por sus hombros, rodeando su cuello con mis brazos para impedirle alejarse mientras beso sus labios—. Por favor. —Lo beso—. Te compensaré—prometo, besándolo de nuevo.
No es que odie las sorpresas, es que odio la intriga. No me gusta saber lo que va a pasar, no me gusta estar en el desconocimiento.
—Es solo una cena, en un restaurante—contesta y sonrío complacida—. ¿Feliz?
—Mucho. —Lo beso—. Gracias, puedes volver a conducir antes de que nos multen o algo. —Lo suelto y palmeo su pecho.
Él enarca una ceja, mirándome como si no pudiera creer mis palabras. Entonces, sacude la cabeza y vuelve a su asiento, abrochándose el cinturón rápidamente antes de comenzar a manejar.
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Blood of The Gods [Christopher Morgan]
FanfictionDos peleadores a muerte. Dos noches juntos. La creencia de una traición me llevó a huir, pero solo 17 meses después vuelvo a encontrarme de frente con Legion o, como había descubierto recientemente, Christopher Morgan. Nuestra sangre fue derramada e...