Blood of The Gods [Christopher Morgan]

Cap 17

—Hey. —Me siento junto a Rosalie, manteniendo un ojo sobre los niños correteando por su enorme jardín.

—Hola a ti, te ves bien. —Levanta las cejas y yo río, pasando mis manos por el vestido de tirantes que cubre mi traje de baño—. Ojalá pudiera usar un traje de baño sin verme como un manatí—se queja y me muerdo la lengua para no reír—. Puedes reírte.

Suelto una carcajada que la hace rodar los ojos. «Es gracioso, porque la comparación da risa pero ella no se ve como nada cercano a un manatí»

Rosalie está a unos días de su fecha de parto, así que claramente se ve a punto de explotar; pero joder, se ve como la embarazada más linda que he visto. Su vientre abultado es redondito, pero más pequeño que el de el embarazo promedio, y ella prácticamente ha irradiado luz desde que está embarazada.

Ella y Simón lo hacen. Él prácticamente desprende corazones de los ojos cada vez que la ve.

—Te ves como una embarazada, no como un manatí. —Ruedo los ojos, tomando un sorbo de mi cerveza—. Eres de las pocas a las que les luce hermoso el embarazo.

—¿Has visto fotos de ti embarazada? Te veías incluso más sexy, ¿cómo es eso posible?

Río.

—Suerte, supongo. —Le guiño un ojo, repasando el jardín.

Todos están aquí, ambas familias. Llegaron esta mañana para estar en la última semana de embarazo de Rosie, así que surgió un almuerzo familiar de última hora.

Alex, el padre de Simón y Reece están cerca de la parrillera encargándose de la carne asada. Sé que la madre y las hermanas de Simón están en la cocina y Corinna junto al mencionado anteriormente juegan con los niños.

»¿Dónde está Christopher?—le pregunto—. ¿No era su día libre?

Ella resopla.

—Nunca tenemos días libres, Leska.

Diría que no lo recordaba, pero en realidad no lo sabía. Christopher nunca lo dijo o se quejó, siempre que lo necesitaba me decía que estaba libre. «¿Okey? Eso es... bueno, extraño. Pero supongo que al ser ministro puede permitírselo»

—Perdón, desde que no me ocupo de tu agenda estoy un poco perdida con todo. —Suspiro—. ¿Qué tal si me regresas mi trabajo?

—¿Tan rápido te cansaste de manejar los negocios de Morgan Enterprises?—se burla—. Ya puedes ver porqué Christopher y yo no lo hacemos personalmente.

No, Christopher y Rosalie en realidad solo tienen reuniones cuatro veces al año con cada una de las empresas Morgan. Ellos están, demasiado, capacitados y tienen un equipo, entre ellos yo, que los asesoran en cada aspecto de la empresa. Pero ellos no están demasiado involucrados, su objetivo es la FEMF.

Yo, personalmente, estoy designada a manejar las finanzas y asegurarme que las inversiones Morgan en general sean bien destinadas.

Es más de para lo que estudié en un principio, pero me especialicé en asesoría de inversión, así que mi puesto me complace.

El trabajo es exigente, pero también tiene un horario flexible y me permite mantenerme en Londres. Aunque de vez en cuando tenga que viajar.

Y, mi salario tiene cinco dígitos, así que me da una estabilidad económica enorme.

—Bueno, ayer lo pasé enterrada en papeles. —Respiro profundo—. Eso es gracias a ti, en realidad.

—¿Lo siento?—me ofrece una pequeña sonrisa, esa que Killian heredó y usa para ablandarme cuando hace algo malo. Esa misma que también tiene Reece Morgan.