Cap 25

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—¡Mami!—Killian me señala cuando salgo al jardín de la mansión Morgan.

Sonrío al ver a mis hijos, necesitando estar cerca de ellos después de un largo día de trabajo. «Se supone que estoy de vacaciones, pero no pienso negarme si en la oficina no saben lidiar con el problema»

—Mis bebés. —Me acerco a ellos, dejando mi cartera en una de las tumbonas cercana a la piscina donde ellos se encuentran nadando.

Su padre, en una esquina de la piscina, tiene el ceño fruncido mientras sostiene el celular contra su oreja. Sin embargo, me da un asentimiento como saludo cuando me ve.

Sé que hay algo de drama actualmente. Es todo político, dos países en guerra que quieren involucrar a la rama y obligarlos a tomar una posición. Parecen no entender que la FEMF no se mete en esas cosas.

—Mami, aquí. —Asher pronuncia las dos palabras que me hacen darle mi atención y sonrío cuando lo veo nadar hacia mi.

No es un secreto que los niños de dos años no tienen un amplio repertorio de palabras. Pero estoy orgullosa de que mis hijos estén más avanzados que la gran mayoría en ese aspecto, pudiendo expresarse claramente gracias a la enorme cantidad de información que obtuve para poder desarrollar mejor su lenguaje.

—Oh, eres todo un nadador ¿eh?—Sonrío, quitándome los tacones para sentarme en el borde de la piscina y dejar mis piernas dentro del agua.

—¡Si!—Levanta sus brazos hacia mi y yo lo cargo, tirando de él para sentarlo en mi regazo mientras Killian se sostiene de una de mis piernas.

Sé que Christopher les ha estado enseñando a nadar; pero aún no lo hacen tan bien, así que acordamos que los flotadores que ambos usan van a quedarse hasta que estemos cien por ciento seguros de que nada va a pasarles.

—¿Qué tal el día con papá?—Le limpio los ojos a Killian cuando parpadea intentando alejar las gotas de agua acumuladas en las pestañas.

—¡Bien!—La enorme sonrisa de Killian me hace reír.

—Oh, que bueno. —Me inclino a besar su cabeza, riendo cuando Asher se aferra a mi para no caer al agua.

—¿De dónde vienes?—pregunta Christopher y aparto los ojos de mis hijos para verlo, con una cara que me deja claro que su humor hoy no es muy bueno.

«Bueno, nada fuera de lo común. No es que Christopher sea el ser humano más alegre del planeta»

—De resolver unos asuntos de trabajo—contesto.

—¡¿Quién quiere galletas?!—La voz de Sara resuena en el jardín, haciéndome sonreír cuando Asher se zafa de mi agarre y corre hacia su abuela. Pero a medio camino se detiene y espera a su hermano, a quien ayudo a subir antes de que ambos corran a dentro de la casa.

Si hay algo que esos niños aman, es las galletas de su abuela. Y creo que nunca había visto a Sara sonreír más que cuando ellos las disfrutan con ella, comiéndolas los tres con un vaso de leche fría.

—¿No se supone que estás de vacaciones?—cuestiona Christopher y aparto la mirada de la mansión para verlo frunciéndome el ceño mientras se acerca.

Intento no fijarme mucho en él, pero fracaso. Christopher es sexy, eso es un hecho; pero no puedo evitar el deseo que surge en mi pecho cuando veo su piel dorada por el sol y sus brazos musculosos tensándose mientras nada.

—Si, pero necesitaban ayuda con un par de cosas y no pensaba negarme. —Me encojo de hombros, enarcando una ceja cuando se para frente a mi, apoyando sus manos a cada lado de mi cuerpo mientras me ve desde abajo—. ¿A ti qué te pasa? ¿Por qué traes esa cara?

Blood of The Gods [Christopher Morgan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora