Los rayos del sol acariciaron mi rostro para despertarme, voltee a ver a todos aún agotados y algunos roncando. Me levanto para tomar una ducha fría, "pero contigo no pasa" eso dijo, ¿es que hay alguien más sinvergüenza? No es un niño y mucho menos un animal, si no es capaz de controlar sus impulsos primitivos no es mi culpa. Me niego a ser la causa de su desbalance, y aún peor, me niego a sentirme dolida porque me considere un desliz, un simple error. Desde anoche me siento patética y cada vez que lo vuelvo a recordar termino en el mismo punto.
Quiero, no, imploro que la ducha helada logré congelar mi propio flagelamiento, no quiero darle vueltas más.
Probablemente tarde mucho más de lo usual en la ducha, el frío nunca me molesto de todas maneras. Vestida y desganada voy a la cocina para coger una manzana, distraerme en el móvil quizá; la realidad me azota al ver la fecha y la hora. Estamos jodidos, es lunes y son las ocho.
A tropezones llego a mis amigos y sin delicadeza comienzo a despertarlos, mierda, no quiero llegar a detención por esto.
—Guárdense las quejas y levanten el culo, son las ocho y es lunes. —Termino por tirar una de las almohadas a la derecha, no me interesa fijarme en a quien le haya dado.
¿Y si me voy antes? No sería muy compañero de mi parte, pero detención es de lo más aburrido. No me apetece limpiar hoy o cualquier tonto castigo que decida darnos Norte.
Como si se tratase de una evacuación todos comenzaron a cambiarse y meter torpemente sus objetos en sus bolsas, las maldiciones flotan en el aire y extrañamente la única calmada es Rapunzel. Y también es la primer en estar lista.
No llegamos a la primera clase, al llegar ya había sonado la alarma y todos estaban en sus salones. De mala gana llego a mi silla con el papel que indica que debo quedarme hoy a detención, resopló e intento concentrarme en matemáticas.
Observo una barra energética ser deslizada en mi pupitre y no hago más que agradecer, estar cerca de Mavis es una bendición ahora.
Pasada la pesada mañana llega el precioso almuerzo, todos están famélicos y tal vez lo estaría si no fuera por esa barrita. Dejo de picar las lechugas cuando siento unas fuertes palmadas en la espalda.
—Rubia, el primer ensayo es después de detención. Avísale a tu niñero. —Lo último lo soltó con un tono burlón pero lo dejo pasar al casi atragantarme con la soda.
—Claro, uhm, ¿conseguí el papel de Chandler? —Lentamente sentía el orgullo expandirse por mi pecho.
—Sí, no sientas que fue por nuestra amistad, la otra chica clasifico para Verónica.
—Gracias, estoy verdaderamente feliz. —Sonrío hacia ella y Mérida solo continua con su carne.
— ¿Puede alguien explicarme por qué filosofía es necesaria? —Deja caer su cuerpo al lado de Mérida apoyando su frente en su hombro de ella.
A la arisca está parece molestarle, pero no lo mueve. Hiccup parece ser el único que ha sobrevivido a ello, si es que Eugene casi le rompe el brazo por darle palmadas en la cabeza.
El resto del día pasó detención donde Norte aclaro que debíamos limpiar el teatro y mala suerte la nuestra que justo hoy los de nuevo ingreso tuvieron una conferencia, es que son unos cerdos. Ansío los ensayos de todas maneras, tengo tanto en la cabeza que quiero despejarme en ello. Anna si consiguió el papel que quería y no puedo estar más feliz de pasar las tardes con ella.
El guion no es demasiado complicado, es interesante e incluso hacemos unas dos escenas para ponernos en contacto con el personaje. Mérida le puso mucho empeño y detalle a la escritura, quitó muchas de las maldiciones e incluso intento modificar las bromas subidas de tono. La coreografía de la primera canción está hecha hasta el primer cuarto y ahora estamos en la memorización de la letra. No participo hasta el final así que puedo concentrarme en ello con mis auriculares en bambalinas a la vez que intento estirarme un poco.
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Mi niñero (E D I T A N D O)
FanfictionT E M P O R A D A 1 Elsa es una chica de 17 años, básicamente siempre intento aopegarse a ser la típica adolescente rebelde. El viaje de 5 meses de sus padres la llevan a tener un niñero, algo que Elsa no acepta para nada, ¿qué tanto puede cambiar...