Una despedida.✔

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Desperté como si nada hubiera pasado, como si mis acciones del día de ayer no afectaran en nada hoy. Lo he besado y no va a dudar en echármelo en cara, joder que soy idiota cuando me lo propongo. Ruedo para tomar mi celular y casi se me salen los ojos al ver la hora, estamos en hora. No quiero hacer esperar a Caroline así que no tengo mucha más opción que vestirme rápidamente y salir disparada a despertar al vago de niñero que tengo.

—Eh, apurate. —Lo empujo con un pie mientras él se revuelve. —El avión se va en menos de diez minutos, levanta el culo.

—Ya. —gruñe por bajo mientras se para de la cama.

Como no, duerme sin pijama. En mi intento de ocultar mi vergüenza salgo de la habitación a esperar en el sofá.

—Las uñas no son un buen desayuno. —Habla burlón cuando sale, ni me había dado cuenta que me estaba mordiendo las uñas.

—Es tú culpa, ahora vamos. —Lo tomo de la muñeca y lo arrastro fuera, dentro del auto emprendemos camino al edificio de Caroline según me dijo.

—Luego de que parta voy a llevarte a tomar algo. —Asiento, la verdad tengo mucha hambre así que si se ofrece a pagarme un desayuno voy a aceptar.

La cabellera negra se hace presente junto a su hermana, metemos sus maletas en el maletero y partimos a gran velocidad al aeropuerto. Debería preocuparnos de que nos pare la policía por exceder el límite de velocidad, pero si pierde su vuelo voy a sentirme culpable a morir.

Llegamos y en unos torpes movimientos acabamos con el check-in, antes de que ella pueda pronunciar una palabra la voz de una mujer se hace presente en el altavoz.

"Pasajeros con destino a Massachusetts favor de pasar a embarque."

—Pues esa es nuestra señal. —Sonríe nerviosa, ella posa los ojos en Jack antes de abrazarlo. —Gracias por todo, sé bueno ¿sí?

—Haré mi mejor esfuerzo, madre. —Se burla para ajustarle el gorro de lana que trae.

Ahora ella se vuelve a mí y me envuelve con sus brazos. —Despídeme de todos los demás, hubiera amado conocerlos a todos antes. —Pone una mano en mi mejilla. —Sé fuerte, cuídate mucho.

—Lo haré, tranquila. —Apretó su mano y ella asiente, se vuelve a su hermana quien solo nos da un asentimiento de despedida.

Pronto la perdemos dentro de la puerta oscura y sabemos que pronto partirá.

— ¿Eres de café o té?

—Café, pero ahora realmente aceptaría todo. —Reí mientras caminabamos a una cafetería dentro del aeropuerto.

—Pide lo que sea, pago yo.

—Voy a hacer que te duela la billetera si me lo pones así de fácil. —Miro el menú pensativa, no estoy de humor de una torta helada, pero tampoco para una empanada pequeña. — Un latte y un sándwich cuatro quesos. —Anuncio.

—Iré a pedir, no te muevas. —Pongo los ojos en blanco, no soy una cría.

Miro mis uñas y el color celeste en los bordes se ha perdido, no debería morderme las uñas considerando lo cara que es la manicura. No pasa mucho hasta que se me une.

—Veo que tienes una obsesión con tus uñas, ¿vas a chillar si te rompes una? —Su tono burlón me provoca una sonrisa que intento ocultar con un tono hostil.

—Que te den.

—De niño amaba venir al aeropuerto. —Menciona tras un momento.

— ¿Por qué?

Mi niñero (E D I T A N D O)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora