Me quede vistiendo su camisa con el hombro al aire, si no hubiera calefacción quizá estaría al borde de la hipotermia. No tengo sueño, bueno no exactamente, no quiero dormir por más cansado que esté mi cuerpo; Quiero que el dolor desaparezca, no es tan fuerte como cuando los cristales estaban enterrados en mi piel pero sigue siendo molesto.
Tras ponerme unos pantalones de pijama baje por algo de leche o quizá unos trozos de manzana para mirar alguna comedia romántica que me lleve a llorar y a otros pensamientos, lejos de los Black, lejos de los cortes.
— ¿No puedes dormir? —Menciona relajado con un codo flexionado sobre el mesón.
—Algo así, vengo en busca de comida para una dulce compañía. —Camine hacia el refrigerador.
—Acabas de ganar compañía humana, ¿qué harás? De hecho, ¿qué haremos?
Me tome un momento para pensar mi respuesta, a pesar de lo objetivo de mi plan. —Creo que veremos una comedia romántica.
—No me harás ver el diario de Bridget Jones de nuevo ¿verdad?
— ¡Ni había pensado en la película! —Bufe sacando el cartón de leche. —Eres un criticón, elige tú.
Pone un dedo sobre sus labios con una expresión pensativa, seguro querrá que veamos alguna de juego macabro ¿qué con las de terror? Me hacen revolver el estómago.
—Ninguna. —Sonríe triunfante.
—Vale, estás oficialmente desinvitado. —Le di un sorbo al vaso.
—Ni he terminado, niña tonta. —Se para erguido. —Vamos a jugar uno.
— ¿Cartas? Vale, pero mantenlo limpio.
—Soy un hombre honesto.
No creo tener la paciencia necesaria para recordarle como robo en monopolio o como en conexión mental les dijo a todos que palabra poner.
—Cortaré unas manzanas, prepara el campo de batalla. —Tomo una manzana verde del canasto pero me la quita de las manos.
—Estás herida, yo lo haré. —Me despeina. —Voy a consentirte.
Asiento insegura, no estoy tan acostumbrada a un ambiente totalmente relajado y Jack no suele ofrecerse a hacer cosas. Es habilidoso sin duda, pero es un vago sin más ¿cómo manejará su empresa? ¿Será como los de los libros que tienen su asistente que básicamente hacen todo por él? Ahora que lo pienso, ¿cuándo planea tomar completa responsabilidad? Ya tiene como 25 ¿no? ¿Y si quiera sé su cumpleaños? Oh joder que soy mala novia.
—Pensaba en cortarla en trocitos, pero creo que las rodajas se ven mejor. —Apoya el bol sobre la mesa de café. — ¿Por qué no has preparado nada?
—Me he distraído pensando. —Saco la caja me apresuro en barajear.
—Vas a romperlas, —su risa suave hace que me detenga— ¿en qué pensabas?
—Prometeme que no te enojarás. —Asiente— Sobre cuándo era tu cumpleaños.
—Nunca te lo dije ¿no? —Se apodera de mi tarea comenzando a repartir. —El 26 de junio.
—Oh, lo anotaré. —Tomo mi baraja y comienzo a ordenarla por colores.
—Preguntame lo que quieras. —Baja una carta. —Es tú momento.
¿Lo que quiera? Tengo tantas opciones pero aun así no se me ocurre una sola para formularle, vale piensa, Elsa, piensa.
—Si pudieras tener un superpoder, ¿cuál sería?
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Mi niñero (E D I T A N D O)
أدب الهواةT E M P O R A D A 1 Elsa es una chica de 17 años, básicamente siempre intento aopegarse a ser la típica adolescente rebelde. El viaje de 5 meses de sus padres la llevan a tener un niñero, algo que Elsa no acepta para nada, ¿qué tanto puede cambiar...