Un día en la nieve✔

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Os recomiendo que la canción la guarden para la parte final. (Winter Aid - The Wisp Sings)

Mi conciencia interviene lo suficiente como para separarme bruscamente de ella y mirarla severo.

—No podemos hacer esto, no es correcto. Estás ebria.

—Por un momento, me asuste. —ríe jocosamente. —Creí que me dirías por Melanina.

—Melanie. —La corrijo.

—Ella, esa misma. —Toma mi rostro y lo acerca mirándome como si pudiera ver hasta lo profundo de mi alma. — ¿Qué clase de relación tienes con ella?

Observo su rostro serio y ahora dudo que esté ebria, tampoco pienso tener las palabras adecuadas para evitarme otro mogollón de tiempo en la ley helada.

— ¿Por qué preguntas eso?

—Porque te me has metido por los ojos, he tratado de todo para mantenerte ¡fush!—estira la mano y la mira—lejos de mí pero tus pequeñas historias y tu misterio me encantan. Me gusta verte reír, oírte opinar cosas estúpidas sobre mi serie favorita. A pesar de que tenía a James, yo seguía sintiéndome nerviosa y como si mi corazón revoloteara—hace un remolino con su dedo—sólo con verte cerca. ¡Carajo que ni te importaba que te tratara como un hielo! —niega y pone sus manos contra mi pecho empujándome al colchón. — Creo que he comenzado a quererte pero no puedo admitirlo.

—Elsa—fue lo único que salió de mis labios, estoy anonadado con esa simple frase final.

Su mirada da vueltas como si buscara algo y cuando escucho revoltijos lo entiendo, va a vomitar.

—Muy bien, vamos al baño. —La levanto como puedo, caminamos poniendo su brazo rodeando mi cuello.

Estoy tremendamente feliz de que no vomito en el camino, aunque ni bien llegamos se tira de rodillas para alcanzar la taza y comenzar a botar todo el alcohol de su cuerpo. Me agacho para agarrar su cabello a pesar de que el olor me está dando nauseas.

—Ya, ahora sólo tengo agua, —levanta la mano—lo juro.

—Esperemos que sea verdad. —Con una toallita húmeda limpio los bordes de sus labios y su mentón con cuidado.

—Eres muy lindo, ¿te conozco? —Pone su mano helada en mi rostro. —Quiero conocerte ¿sí?

—Tenemos toda una vida para ello.

La cargo para llevarla a su habitación mientras se sigue riendo como niña chiquita hablando sobre como mi cabello no debería ser blanco. La coloco en la cama y saco un pijama del armario.

—Cambiate y a dormir. —le ordeno.

Asiente y se saca la blusa, volteo de inmediato. ¡No creí que lo haría en frente de mí! Camino para darle privacidad pero agarra mi muñeca.

—No me dejes solita. —reprocha. —Duerme conmigo.

—Ponte el pijama a solas, no tenías que cambiarte delante de mí.

—Pues tampoco es como que te moleste. —Bufa. —Además ya estoy cambiadita ¡mira! —Volteo con precaución y compruebo que no miente. —Ahora duerme conmigo ¿sí?

—Voy a arroparte, es lo máximo que obtendrás hoy.

—No quiero. —Se cruza de brazos.

—No es lo que quieres.

— ¿Y por qué si lo que tú quieres?

—No es lo que quiero ¿vale? Es lo correcto.

—Lo correcto no me va, además, nadie lo sabrá. —susurra con el índice sobre mi pecho como si quisiera callarlo.

Mi niñero (E D I T A N D O)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora