¿Soy un juego o va en serio? ✔

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Cuando sentimos los rayos del sol en el rostro supimos que era momento de volver, no hablamos mientras caminábamos a la cabaña pero Anna tenía una expresión de alivio y eso es todo lo que importa por ahora.

— ¡Han vuelto! —Nos sonríe achicando esos grandes ojos verdes que tiene.

—Vengan a desayunar. —Palpo la silla a su lado, Anna asiente con una amplia sonrisa.

—Anna, tus ojos están rojos. —Menciona saliendo del hueco de la escalera.

Ella se cruza de brazos levantando una ceja. —Y los tuyos tienen grandes ojeras, ¿no dormiste o qué?

Kris se rasca la nuca avergonzado pero pronto su expresión cambia a sorpresa cuando Anna lo abraza. —Prometo no dejarte de nuevo. —Suspiro y la abrazo con cuidado levantándola levemente.

Noto una presencia a mi lado, volteo para observar a un Jack cansado y encorvado. — ¿Te arrollo un camión o qué?

—No me dejo dormir, toda la noche se puso a hablar de que quería llevar a Anna a ver a los alces. —Frota su cara intentando aplacar el sueño. —Si no me hubieras dejado a merced de esa bestia probablemente hubiera descansado. —Lo codeo. —Pero me alegra que me dejaras. —Me abraza por los hombros y planta un beso en mi sien.

Pasamos a desayunar, el ambiente volvió a tener esa vibra cálida y la responsable de ello es Anna. Nos alistamos para ir a patinar, es raro usar patines de nuevo, creo que ni recuerdo como mantener el equilibrio.

— ¡Eh! ¡Hiccup! ¡Qué se patina con los pies, no con los dientes! —Grita burlón adentrándose al lago en un largo desliz, frena para darle una nalgada al mencionado y luego continúa deslizándose con una risotada mientras el castaño lo mira avergonzado.

Con cuidado me deslizo dentro y me sorprende recordar cómo mantenerme de pie, sonrío y le hago señas a Jack para que me siga.

— ¡Perdona que me cargo a este! —Avisa jalándose a Jack al centro, Eugene parece disfrutar el sufrimiento ajeno. Jack cae de espaldas y el castaño no hace más que reírse y dar vueltas a su alrededor.

—Vaya hombre tengo. —Niega con la mano en la frente, tomo su mano para ir en círculos acercándonos a la pareja que entre ambos intentan no caer.

Kris cometió su prometido llevándose a Anna a quien sabe dónde hay alces, me alivia que él esté en su vida.

Me deslizo hasta Jack y le tiendo la mano. —Vamos anciano, voy a enseñarte.

Toma mis dos manos una vez de pie, vamos con cuidado para que no pierda el equilibrio. —Si sigues temblando nos vamos a caer los dos, idiota. —No puedo evitar sonreír con lo tierno que se ve intentándolo, observa sus pies con los ojos entrecerrados y cuando sonríe al ver que lo logró puedo jurar que el azul de sus ojos se hace más brillante y sus mejillas más rosadas.

Pasadas las horas Punzi y Anna se decidieron por hacer chocolate caliente, mientras esperamos todos andan dispersos. Kris tomo su siguiente víctima para el arte de recolectar leña y ese fue el indefenso Hiccup, Eugene se encuentra en una disputa de bridge con Mérida por quien será el que vuelva en la maletera, no estoy muy segura si sepan que el bridge es de cuatro.

Me estiré mientras caminaba hacia la melodía proveniente del piano, la luz tenue junto a su rostro relajado pegan tan bien. Me apoye en la pared observando sus movimientos y a él, no sabía que sabía tocar tan bien el piano. Recorre un poco y palpa a su lado indicándome que me siente, obedezco y ahora puedo admirar de cerca como sus labios forman una curva y su frente se arruga levemente con cada tecla que toca. La melodía nos envolvía hasta el final de la pieza, ahora sus ojos se plantaron en los míos; puedo sentir mi corazón entrar en pánico.

Mi niñero (E D I T A N D O)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora