11

249 34 3
                                    

Era una delgada línea que caminar.

Me refiero a que pude haberle preguntado con el resultado de él negándose de inmediato y yéndose a casa para hacer su rutina como hacía cada noche.

O pude decirle que viniera, pero arriesgaba la posibilidad a que se sintiera como si lo estuviera obligando.

Me sentía como un completo desastre para el momento en que llegué a su casa la mañana siguiente. No era algo que quisiera preguntarle por teléfono. No es que importara mucho que pudiera ver mi rostro cuando le preguntara. Importaba que yo pudiera ver el suyo.

La Sra. Hwang me hizo pasar y la saludé como cada mañana. Pero, en vez de dirigirme directamente hacia las escaleras que dan hacia el cuarto de arte, decidí hacerle saber que planeaba invitar a Hyunjin para que se quedara después de clases a la preparación de venta de pasteles. De principio, pareció sorprendida y casi un poco preocupada.

—Puede que no le guste, Felix. Prepárate para tener que irte de allí. Rápido.

Estaba bastante seguro de que entendía a qué se refería.

—Lo sé. Sólo quiero que sea capaz de hacer cosas diferentes además de sus clases y su arte después de la escuela. Usted dijo que quería hacer amigos...

Su expresión se suavizó y se inclinó sólo un poco más cerca de lo normal. Recuerdo lo suave que se sintieron las puntas de sus dedos contra mi mejilla antes de que metiera un mechón de mi cabello detrás de la oreja, y luego deslizara su palma bajo mi barbilla para encontrar mi mirada.

—Gracias —había murmurado—, pero ¿Felix? Recuerda que todo esto es nuevo para él. Y es menor que tú.

No pude esconder el estúpido sonrojo en mis mejillas mientras respondía—:Esto es nuevo para mí, también. Y créame, Hyunjin sólo es menor que yo en edad.

Se rio, y pareció satisfecha de ver que no me involucraba en nada a ciegas. Cuando subí a su cuarto de arte, hice los nervios a un lado y apreté mis sudorosos puños para reunir coraje.

Se hallaba en su escritorio, guardando sus libros. Toqué con suavidad la puerta abierta y me dedicó una sonrisita antes de cerrar el cierre de su bolso.

Sonó condenadamente alto sobre el latido de mi corazón en mis oídos.

—¿Hyunjin? —Mi voz tembló y lo detesté, pero proseguí—. Jisung me ha pedido que te lleve conmigo paratrabajar en unas cosas para la venta de pasteles hoy después de clases. Tu mamá dijo que no había ningún problema. —Me miraba fijamente—. ¿Irás conmigo?

Asintió. Decidió que quería hacerlo. Fue suficiente para mí.

La escuela transcurrió a media velocidad y pensé que moriría si la campana final no sonaba, pues me encontraba alborotado en cuanto a cómo las cosas podían resultar potencialmente. Había creado millones de escenarios en mi cabeza: buenos y malos.

Pero conocía a Jisung y nada en mi interior pensó que el pudiera ser todo menos amable con Hyunjin. Lucía más tenso de lo normal cuando nos encontramos en mi casillero, y mientras nos encaminábamos hacia la sala de economía, tuve que luchar contra la urgencia de tomar su mano y entrelazar nuestros dedos.

No sabía si le gustaba agarrarse de manos siquiera.

Era tan frustrante no saber en qué pensaba.

Estaba callado mientras entrábamos a la habitación y, de repente, se sintió como si todos los ojos del salón estuvieran puestos en nosotros. Tacha eso. Estaban completamente puestos en nosotros.

Love Untold || Hyunlix✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora