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El comienzo de toda relación es todo arcoíris y felicidad, ¿no? Es decir, soy un adolescente, por Dios. Y él también. De modo que hay hormonas involucradas y todas estas locuras que los adultos nunca nos cuentan... al menos no en palabras que podamos entender.

Puedo ir de eufóricamente feliz a masivamente insegura en el lapso de un segundo. Puedo ir de sentirme totalmente a gusto con Hyunjin a preguntarme si haré algo bien alguna vez.

Es difícil ser racional cuando apenas puedo controlar mis pensamientos, mucho menos mis impulsos.

Los adolescentes son estúpidos.

Puedo asegurarlo, porque soy uno. Y sé que somos muy competitivos unos con los otros, aunque pretendemos no serlo. Está claro que lo somos.

Cada maldito día que entraba a la escuela era consciente de que las rubias con los pechos grandes y traseros firmes consiguen a los chicos. Y estaba dolorosamente consciente de que soy delgado, pero con curvas y la definición de ―chico promedio con cabello castaño y ojos marrones.

Pero cuando Hyunjin me habla o me mira, me siento muy especial. Más lindo de lo que alguna vez me he sentido en mi vida. Pensé que las otras perras en la escuela se darían cuenta, también. Asumí que sabrían que, puesto que íbamos de la mano todo el tiempo y lo traía a la escuela y llevaba a casa, encaminábamos a clase y almorzamos juntos, Hyunjin y yo estábamos, ya saben... juntos.

Al parecer, me equivoqué.

El simple hecho de que ni Hyunjin ni yo de verdad dijéramos que éramos novios, hizo que la gente creyera que quizá no lo éramos. No nos habíamos besado ni nada, y supongo que mucha gente... las chicas... me veía como una especie de amigo o algo así. ¿Amigos que se sostienen de la mano?

Como Hyunjin diría—: Lo que sea.

Él había mejorado en comentar sobre pequeñas cosas por aquí o allá que nos pillaba a todos desprevenidos en la mesa. Espontáneamente.

De repente, las chicasintentaban hablar con nosotros durante el almuerzo, pero no podían comprender una reacción o silencio de Hyunjin. Eso hacía reír un montón a Yeonjun, por lo general, Marissa interrumpía y les hablaba sin cesar y, dentro de unos minutos, inventaban una excusa para irse.

En fin. Nos anunciaron el Baile de Elección, y de un momento a otro, todas las féminas de la escuela se vieron aturdidas o algo por el estilo, porque la mitad de ellas se quejaba por tener que pedirle a un chico y la otra mitad fueron haciendo listas. Es decir, aquellas que no tenían novio.

En verdad no había estado prestando atención a lo que pasaba; ignoré las sesiones de chismes de mi alrededor por un par de semanas, pensando que era evidente para todo el mundo que le pediría a Hyunjin ir al baile, cuando escuché el primer rumor.

Al menos tres chicas habían vocalizado su intención de preguntarle.

Ahora bien, hay que recordar que era la única chica que había pasado grandes cantidades de tiempo con él a solas. Con su familia. Aprendiendo su comportamiento. Así que sin duda tenía la ventaja. Fue casi como si quisiera ver a estas chicas fracasar cuando le preguntaran que las llevara al baile.

Pero otra parte de mí ni siquiera deseaba darles la satisfacción de preguntar.

Tuve un pequeño ataque de pánico, pues no estaba seguro si el baile sería demasiado ruidoso. Con demasiada gente. Con demasiada estimulación.

¿Siquiera valdría la pena intentar ir?

Un simple vistazo cuando salió de clase ese día contestó todas las preguntas que tenía en mi cabeza. Por supuesto que valía la pena.

Love Untold || Hyunlix✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora