15

229 29 9
                                    


Esa sonrisita tímida apareció en una de sus mejillas y me encontró a mitad de camino, inclinando su rostro para plantar un beso en mis labios. Una vez. Dos veces. Y la tercera vez, me armé de valor, tiré de su nuca y abrí la boca para... ya sabes... deslizarle un poco de lengua.

Me encontraba absorto en el momento y no pensaba con claridad, por lo que no se me ocurrió que pudiera pensar que fuera grosero o lo que sea, pero se alejó un poco y frunció el ceño, haciéndome sentir raro y tímido.

—Lo siento. ¿Fue repugnante? —pregunté, con ganas de fundirme en el suelo y morir.

Con lentitud, negó con la cabeza y luego me miró por un segundo. —Me gustaría probarlo después de que te laves los dientes.

Dios mío. Tan vergonzoso.

Ahora bien, si fuera cualquier otro chico, lo más probable es que lo golpearía. En algún lugar. Cara. Brazo. Testículos. Pero se trataba de Hyunjin y era brutalmente honesto respecto a todo y no tenía filtro que lo detuviera, así que mi única reacción fue reírme y retroceder un paso, asegurándole que me lavaría los dientes la próxima vez.

Luego me pilló con la guardia baja una vez más. —Mi madre guarda cepillos de dientes extras en el baño de visitas para mis abuelos cuando vienen de visita.

No pude llegar al final del pasillo lo bastante rápido. Sus padres seguían abajo y nunca tuvieron una razón para subir a la habitación, así que no me preocupaba si la señora Hwang me atrapaba lavándome los dientes. Con lo que no contaba era que Hyunjin viniera a observarme desde la puerta.

—¿Estás comprobando si me cepillo correctamente? —bromeé y luego me di cuenta de que en verdad lo hacía, cuando me observó atentamente enjuagarme. Me sentí como si tal vez necesitara uno de esos espejitos blancos con mango que el dentista usa para poder contar mis empastes.

Sonreí y señalé mis dientes. —Todo limpio. ¿Vas a besarme ahora? —Se quedó mirando mi boca y me sentí tonto por preguntar, pero este diminuto espacio se volvía claustrofóbico. Dio un paso dentro del baño, haciéndome retroceder para apoyarme contra el lavado. Lo había invitado a entrar, así que no estoy seguro de por qué me sorprendió tanto que lo hiciera. Supongo que era solo la forma en la que se acercaba a mí. 

Estaba acostumbrado a que tuviera sus manos a los costados o agarrando las pretinas del cinturón de sus vaqueros. Pero esta vez ahuecó mis mejillas con sus palmas, firmes y ásperas mientras se agachaba para besarme otra vez. No tuve ningún reparo en enredar mis manos en su cabello para aferrarme a éste, ya que era consciente que le gustaba ser tocado un poco más fuerte que a la mayoría.

Mi lengua salió de nuevo y la suya se escabulló un poco para tocarla y, de alguna manera en algún lugar del universo, un interruptor se encendió porque realmente se entusiasmó en cuestión de segundos. Mi cuerpo entero reaccionó y me apoyé en él para aferrarme como si mi vida dependiera de ello conforme me atacaba con su boca, una y otra vez en una implacable y dulce tortura.

Entonces sucedió.

Sus manos ya no se hallaban en mi rostro. Se encontraban en mi abdomen y acariciaba tan toscamente que tuve que alejarme, y estoy bastante seguro de que solté un quejido de dolor, ya que de inmediato se apartó, con su espalda apoyada contra la pared, luciendo como si hubiera hecho algo malo.

—¿Te lastimé?

Negué con la cabeza, y luego asentí una vez. —Fue un poco fuerte —mi boca casi se sentía lastimada, y débilmente saboreé la sangre—, pero está todo bien. —Quise asegurárselo para que no temiera intentarlo de nuevo—. Ven aquí. —Le hice un gesto y dio un paso adelante, así pude cerrar la puerta detrás de él.

—¿Estás excitado? Yo lo estoy.

En realidad, me reí de eso porque a veces él era tan contundente que no tenía más remedio que hacerlo.

—Sí —lo acerqué y agarré su mano derecha con mi izquierda, apretándola para hacerlo sentir más seguro—, mucho. —Era un chico excitado y él era mi novio y, sí, estábamos en el baño de su casa... pero daba igual.

Me puse de puntillas y lo besé con firmeza una vez más, con su mano aún en la mía. Sus ojos se cerraron y me devolvió el beso, tenso.

—Relájate, Hyunjin—susurré entre besos. Le tomó un momento antes que lo hiciera, y una vez que se hubo aflojado y llevado el ritmo de besar de nuevo, separé mis labios invitándolo al siguiente paso.

Nos centramos allí durante un buen minuto hasta que pude sentir cómo se excitaba de nuevo y, vacilante, presioné su palma abierta en mi pecho.

Lo conocía. Lo deseaba.

Se sentía muy, pero muy bien. 

Era mucho para mí, de modo que debió haber sido del mismo modo para él. Respiré profundamente y me alejé, dándole un último beso antes de que volviera a llevar su mano a mi cintura.

—¿Te encuentras bien? —le pregunté y abrió los ojos, con los párpados caídos y aliento cálido acentuados por sus mejillas sonrojadas.

—Sí.

Una sonrisa. Un asentimiento. Otro pequeño beso.

—Debería irme. —Planeaba quedarme para observarlo pintar, pero la tensión era demasiado espesa y no creía durar una hora más en su cuarto, viéndolo trabajar.

Se quedó de pie en el umbral de su cuarto por un segundo y se despidió antes de cerrar la puerta en mi cara. Me aseguré de lucir presentable antes de escapar de su casa como si mi culo estuviera en llamas.


* * *

Hola! A las personitas que me preguntan sobre mi falta de actualizacion , lo siento de verdad, pero voy a actualizar solo cuando pueda, cuando este en mis vacaciones lo hare mas seguido, espero comprendan.

Por otra parte que les parece la historia, es una de mis favoritas y planeo extenderla un poco mas, se que les va encantar o eso espero n.n

Love Untold || Hyunlix✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora