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Capítulo I

Josie.

El día de hoy está siendo una tortura para mí, el cielo está nublado y parece que lloverá en cualquier momento, aún así me dirijo al mercado de antigüedades.

He prometido entregar una daga a uno de los vendedores de allí, aquella daga según la señora, era de los años 50s, pero en realidad parece un artefacto hecho por los aborígenes, realmente es la cosa más horrible que he visto ¿Quién gastaría dinero en algo tan feo como esto? Alguien que le guste despilfarrar el dinero seguramente.

En fin, Hay personas en este mundo que tienen unos gustos extremadamente raros, tampoco puedo juzgar a nadie, pero la persona que compre esto en serio está mal de la cabeza.

En serio faltar a mi librería por esto, pero un favor es un favor, tengo que cumplir con ello, mi librería podrá esperar por mí a mañana ya los chicos que trabajan allí se harán cargo.

Mi mirada traspasa el cristal del coche observando el nublado cielo y el suelo mojado por la leve lluvia que había caído hacía un par de minutos.

El ambiente se encontraba frío y habían pocas personas en el camino, normal, en estos días nadie sale de casa, son esos días en los que no sabes si va a llover o no, es algo demasiado molesto.

Aparqué mi coche en la entrada del mercado, para mi sorpresa habían bastantes personas y el bullicio de los vendedores se hacía presente en la multitud de personas. Nunca fui muy fan en los lugares con demasiada gente, me agobia tener a tantas personas ahogándome, por esto los mercados me parecen realmente incómodos.

Mis botas sonaban en el húmedo suelo mientras me adentraba entre la multitud de personas, según mi vecina era un puesto azul y verde donde solo habían armas, lo sé, gran combinación de colores.

Luego de unos cuantos giros hacia acá y hacia allá pude encontrar un puesto con la descripción exacta que me habían dado y había un señor al parecer bastante mayor en el, el dueño supuse, debe ser aquí, hay de todo tipo de espadas y dagas como la que yo sostenía en mis manos ahora mismo, incluso habían lanzas y otro tipo de armas de apariencia rústica y antigua ¿Para qué las personas en la actualidad quisieran algo como esto?

No comprendo.

—¿Qué desea señorita? tengo de todos los tipos de armas que desee — verbalizó el señor mientras me regalaba una sutil sonrisa.

—La señora Margot me envió a entregarle esto —extendí la daga en su dirección y él la tomó con asombro, analizando el arma por cada uno de sus lados.

—¡Oh qué maravilla! No mintió al decir que era una verdadera hermosura.

No lo creo...

—Aquí está el dinero, agradécele de mi parte.

Elixir [Atados #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora