Elixir [Atados #1]

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Capítulo VI.

Samuel.

Es fácil adaptarse estar alrededor de Josie, no tengo ni idea de quién le puso ese nombre tan extraño, pero al parecer no tenía nada mejor que hacer, es extraño, jamás lo había escuchado antes, pero es muy hermoso.

Josie nos dijo que fuésemos a la ducha con ella, en una clara insinuación de que ella estaba tan excitada como nosotros y que quería una intensa escena en el baño con nosotros.

Mi mirada se dirigió a Jak por unos segundos, el cual tenía los mismos pensamientos que yo al tener a Josie caminando frente a nosotros.

¡Qué delicioso culo!

Y sí que lo era, tiene un culo fantástico y redondo, delicioso para morderlo.

Sus caderas se tambalean en un sexy pero descuidado andar, mientras su trasero saltaba al brusco movimiento, mientras que sus muslos se apretaban entre sí. Perfectos para tenerlos apretados en mi cintura mientras Jak y yo la tomamos de cada una de las formas posibles, para que ella se retuerza entre nosotros en busca del éxtasis y solo pidiendo más.

Más y más.

Y nosotros le daremos todo lo que pida mientras la sometemos en una neblina de puro placer y extasis.

Esta pequeña mujer me pone tan duro.

No recuerdo la última vez que había deseado a una mujer, normalmente se trataba solo de complacer las peticiones de cada nueva ama.

Pero esta chica... me excita.

Nos excita ambos.

Pude ver los pantalones de Nik los cuales también había una carpa delatando su excitación.

Ambos estábamos excitados.

Por esta pequeña mujer...

Es realmente Tan pequeña, demasiado a comparación con nosotros, me encanta eso, así es más fácil someterla y sostenerla en cualquier posición que nos plazca.

Aunque no sé si nos aguante a ambos... es tan pequeña.

Debemos prepararla primero, adaptar poco a poco su cuerpo para nosotros, será deliciosa la espera, no puedo esperar para poder devorarla y someterla.

Tenerla completamente entregada a nosotros en una sumisión hermosa y placentera, que nos haga sentir por un momento que nosotros tenemos el control.

Eso sería realmente genial.

Tenerla tan rendida en nuestros brazos mientras llora por todas las potentes emociones que la hacemos sentir ambos y aún así que ella solo quiera más y más.