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Capítulo V

Josie.

—Quítate esa cosa que traes puesta ahora mismo.

Miré a Jacob confundida.

—Es mi ropa, no me la voy a quitar —dije obvia —Además, saldremos.

De la boca de ambos salió un gruñido y yo solo pude rodar los ojos.

En mis manos hay dos poleras mías, las más grandes que tengo, ya que no pueden salir así a la calle ya bastante tengo con que van a ir descalzos, tendremos que ir a la tienda de ropas extra grandes.

Una vez se pusieron la prenda que les ofrecí no pude evitar reír un poco, son lo más grande que tengo y aún así les quedaba descubierto del ombligo hacia abajo, realmente son demasiado enormes.

Luego de que con un poco de trabajo entraran en mi auto nos pusimos en marcha, ellos son realmente grandes y cualquier persona que los viese se asombraría de su estatura y aspecto, solo espero que no nos miren con rareza.

(...)

Luego de encontrar algunos pares de zapatos para cada uno compramos la ropa y ellos no paraban de agradecer por todo, comprendo que jamás les hayan regalado cosas, posiblemente lleven con ese extraño pantalón desde hace mucho tiempo, demás está decir que muchas personas los miraban con asombro.

Sobre todo mujeres... y yo realmente no las culpo.

Ellos se comportaron y aunque miraron todo con mucho asombro lo hicieron de manera disciplinada y estoy agradecida, el centro comercial es bastante grande y hay cosas que por su asombro sé que no han visto.

Pero ellos supieron comportarse y mantener su curiosidad a raya.

Una vez nos dirigimos hacia el auto nuevamente, mi vista divisó una conocida cabellera roja brillante acercándose a mí.

Leo.

— Hey! ¿Cómo estás Jos?

—¡Muy bien rojo! — nos dimos dos besos y un pequeño abrazo —¿Qué es de ti?

—Sigo trabajando en la editorial, ya sabes, lo de siempre ¿Cómo están tus padres?

—Hace meses no hablamos, sigue siendo complicado —ignoro el nudo que se forma en mi garganta.

Mis padres...

Definitivamente es un tema complicado.

Elixir [Atados #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora