- Dime, que pasa, ¿de qué querías hablar? - le pregunté
- Puede que sea una tontería, pero necesitaba preguntártelo - dijo Enzo un poco nervioso - Verás durante vacaciones te envié una carta, pero no estoy seguro de si te llegó.
Un nudo apareció en mi garganta.
- Sí, si me llego
- ¿La leíste? Porque pensaba que si lo hacías al menos me responderías...
- Si, la leí - contesté, pero hice una pausa para pensar bien lo que decir para no cagarla - Es preciosa Enzo, y quiero que entiendas que no tengo ningún problema contigo después de lo de aquella noche, es más apreció que confiaras en compartir conmigo tus sentimientos, pero no puedo decirte lo que quieres escuchar, no por nada malo, no me malinterpretes, eres un chico genial. Es porque no quiero ilusionarte y no poder darte lo mismo que tú me das.
- Pero no hace falta Clary, no importa que no me puedas dar lo que te dé yo, no me importa que no me quieras tanto como yo a ti, no me importa de verdad - me interrumpió Enzo
- Pero a mí si Enzo... no quiero hacerte daño, no te mereces eso, no es justo que lo des todo por alguien y la otra persona no haga lo mismo por ti - respondí con un tono suave - Tú no eres el problema, no quiero que pienses eso, no tendría ningún problema en salir contigo, te lo digo de todo corazón, pero ahora mismo no puede ser.
Me miró a los ojos con el corazón encogido, pero no dijo nada, así que le cogí de las manos y volví a hablar:
- Enzo, eres una persona increíble y mereces alguien que valore todo lo que tienes para ofrecer. Pero esa persona ahora mismo no soy yo, porque primero quiero resolver mis propios sentimientos, antes de comprometerme con alguien más, espero que lo entiendas, seguro que hay miles de chicas ahí fuera muriéndose por una oportunidad como esta.
- Pero yo no quiero a las demás, te quiero a ti. Desde que llegaste a la academia me llamaste la atención, y a medida que te fui conociendo me fui interesando cada día más de ti, pero no me atreví a decirte nada por qué sabía que venías de una ruptura dolorosa. - dijo y miró hacia otro lado durante unos minutos, hasta que volvió a hablar - Y créeme que me arrepiento de habértelo dicho, no planeaba hacerlo, pero la noche del baile me hizo afirmar mis sentimientos por ti, y es por eso que te lo dije, para mí ese beso mientras bailábamos no fue un simple beso, fue mucho más.
- Para mí también fue mucho más, y créeme cuando te digo que yo también he pensado en la posibilidad de ''un nosotros'', pero no quiero hacerte daño y perderte Enzo - respondí, sus ojos me transmitían dolor, nunca se había mostrado así, incluso en la academia donde sufríamos diariamente nunca lo hizo, siempre había llevado una coraza, pero ser yo la que le causaba ese dolor me estaba matando.
- Jamás podrías perderme Clary... - dijo y apartó la mirada. Se dio la vuelta y cuando estuvo a punto de abrir la puerta para irse le detuve.
- No, Enzo espera - dije mientras agarraba su brazo con mi mano. Este se giró y clavo su mirada en mi mano, luego la fue subiendo hasta llegar a la mía - No voy a permitir que te vayas así, no cuando me importas y yo te estoy haciendo daño con mis palabras. Por favor, quédate, vamos a hablarlo - dije y di un paso para reducir la distancia entre nosotros.
- Joder Clary, por qué me haces esto - inspiró profundamente y colocó sus manos en mis mejillas clavando sus labios en los míos.
Al principio me quedé un poco parada, ya que no me lo esperaba, pero se lo seguí. Fue un beso mágico, lleno de emociones, el mundo a nuestro alrededor se desvaneció, solo éramos él y yo. Cada roce de nuestros labios parecía encender una chispa de pasión que nos consumía por completo, pero aunque mi corazón latía con fuerza y mi cuerpo anhelaba más de ese beso, una voz interior me recordaba que esto no era lo correcto. Sabía que debía detenernos, que había límites que no debíamos cruzar. Pero era difícil resistirse a la atracción y a la intensidad del momento.
Me separé del beso, y él arrugó el ceño, dando a ver que no quería separarse de mí, así que coloqué mis manos alrededor de su cabeza y junté mi frente con la suya.
- No podemos Enzo, no quiero hacerte daño -susurré con una voz suave
- No me importa Clary, estoy dispuesto a sufrir si es por ti
- Enzo, por favor, no lo hagas más difícil de lo que es - susurré mientras le acariciaba la mejilla
- No puedes pedirme que deje de quererte, Clary - respondió clavando sus ojos cristalizados en los míos
- Enzo sé que no es fácil, yo tampoco quiero negar mis sentimientos por ti...
- Pues no lo hagas - interrumpió, poniendo sus manos en mis mejillas
- Enzo, es mejor así, no te mereces el dolor de querer a alguien que no puede darte lo mismo - respondí mientras le acariciaba el pelo
- Por favor Clary, ya me estás haciendo daño, cuál es la diferencia - dijo y las lágrimas empezaron a brotar de sus ojos. Las palabras no podían salir de mi boca, el nudo en mi garganta se lo impedía, mis ojos empezaron a derramar lágrimas.
- Prefiero que me odies ahora, a perderte para siempre
- Nunca podría odiarte, Clary - respondió. Le sequé las lágrimas con las yemas de mis dedos, pero seguían saliendo más, me mataba verle así
- Lo siento... - susurré y salí por la puerta de su habitación, podía notar sus ojos clavados en mí.
Cerré la puerta con lágrimas brotando de mis ojos. Al pasar por la sala común todos se quedaron observándome preocupados, pero me fui hacia mi habitación, lo único que quería en ese momento era estar sola. Me estiré en la cama y me quedé ahí toda la tarde. Agradecí que nadie viniera a preguntar nada, porque no estaba de humor para ello.
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Bloodline | Mattheo Riddle
Fanfiction''Que nuestros padres sean aliados no nos convierte en amigos, Riddle'' La historia de Clarissa Lestrange no hace nada más que empezar cuando vuelve a su antigua escuela Hogwarts, donde los errores del pasado le pasaran factura, entre ellos el conoc...