Capítulo XXII

33 2 0
                                    


Al llegar a Hogwarts fui directa al despacho de Dumbledore para justificar mis faltas.

- Oh señorita Lestrange, por favor pase 

- Buenas tardes, profesor Dumbledore, venía para justificar las ausencias de esta mañana - respondí y me senté en una de las sillas 

- Claro, pero no será necesario su hermano y los jóvenes Riddle han venido hace escasos minutos y me han explicado que ha sido por motivos familiares, así que he deducido que usted estaba con ellos, ¿no es así?

¿Escasos minutos? Cómo era possible si salí de la mansión mucho antes que ellos

- Si profesor - asentí intentando que no se notara mi confusión

- Perfecto todo arreglado, pues señorita, puede irse 

- Gracias profesor - respondí y salí del despacho. Recordé que seguir teniendo la varita de Mattheo así que lo aproveche para pedirle una explicación.

- Clary - me llamó alguien por detrás y en cuanto me giré sus labios chocaron con los míos en un beso suave

Vale, acaba de echarme en cara sin decir nada que soy una novia horrible

- Dónde has estado en todo el día - me preguntó Enzo en cuanto nos separamos del beso

- He tenido que ir a casa por asuntos familiares - le contesté y entrelacé su mano con la mía

- No te veía desde ayer, me preocupaba que te hubiera pasado algo 

- No te preocupes, ahora que estoy contigo está todo bien - le respondí y le di un beso en la mejilla

- ¿A dónde vas, quieres que te acompañe?

Está claro que no podía decirle que iba a hablar con Mattheo, no quería más problemas, así que decidí dejarlo para luego.

- A ningún sitio, ¿dónde quieres ir? - le respondí con una sonrisa

- Tengo un rato antes de ir a entrenar, podemos ir al patio si te apetece 

- Claro, vamos

Estuvimos tirados en la hierba hablando sobre la academia y nuestras vidas en general. Me gustaba la sensación de estar con él, era muy diferente a las otras relaciones que había tenido y eso lo hacía más interesante. Antes de irse a entrenar me acompaño a la sala común y luego de darme un beso se fue.

- Veo que te lo estás pasando bien - dijo una voz en cuanto crucé la puerta

- Déjame en paz Rosier 

- No se te habrá olvidado nuestro pequeño acuerdo, ¿verdad? - dijo este, inmediatamente me giré para comprobar que no hubiese nadie escuchando - Tranquila, no hay nadie

- Cuál es tu punto Rosier - le respondí y me senté en el sillón que quedaba delante de donde estaba él sentado

- Solo te lo recuerdo porque te veo muy pegada con Carrow y el tiempo pasa muy rápido Clary

- Sé lo que hago, no hace falta que me des lecciones Alexander - contesté molesta

- Es solo un pequeño consejo, quien avisa no es traidor

- Qué sabes que no me estás contando

- No sé de qué hablas- contesto este con una sonrisa en los labios

- Sabes perfectamente de lo que hablo Alexander

- No soy yo de quien debes desconfiar 

- Qué quiere decir eso - respondí empezando a perder la paciencia

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 22 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Bloodline | Mattheo RiddleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora