La sombra del viajero.

Capítulo 29: Aventuras en el gremio.

Era el amanecer en la ciudad de Mondstadt, todos estaban dormidos en una paz que no se podía sentir desde hacía tiempo, todo mundo estaba feliz al saber que el legendario salvador de Teyvat y caballero honorario de Favonius había vuelto y los había perdonado por la injusticia que se había cometido hacia él.

Charlotte estaba en su habitación de hotel enviando todas las fotos y videos de la batalla de Aether, la chica tenía muchas imágenes del rubio guardadas en su cámara, todas eran recuerdos de sus grandes hazañas. La chica entonces observaba la foto de cuando Furina hizo su película y en ella veía a Aether sonreír.

La chica seguía viendo las imágenes hasta llegar a las más recientes, al comparar el físico del rubio, se dio cuenta de que estaba más musculoso que antes, además de que lucía mucho más atractivo que antes. Charlotte siempre pensó que Aether era bastante guapo, y al conocerlo más a fondo y darse cuenta que no era el típico patán que usaba su apariencia para sacar ventaja de las personas, terminó volviéndose una admiradora suya.

Charlotte: -Aether...-

La chica empieza a tocarse levemente mientras imagina que el rubio estaba en la habitación con ella, sin nada más que una toalla cubriendo su escultural cuerpo, tocándola mientras le susurraba al oído. Charlotte estaba a punto de empezar a subir de tono su tocamiento cuando escucha sonar su alarma. La chica estaba sonrojada, no porque se avergonzara de lo que iba a hacer, si no porque deseaba hacerlo con el rubio.

Mientras tanto con Aether, el chico sentía los rayos del sol en su rostro mientras abría los ojos. Aether entonces siente algo de peso en su pecho y entonces observa a Rosaria durmiendo plácidamente. El rubio sonríe y decide quedarse dormido otro rato más, pues no quiere molestar a Rosaria.

Venti seguía completamente ebrio en el sofá, si bien estaba más que acostumbrado a beber en grandes cantidades, el hecho de que Aether haya vuelto y esta vez para quedarse en Teyvat sin esconderse, lo hacían muy feliz.

Mientras tanto con Lisa, la bruja estaba dormida junto a Paimon, ambas se habían quedado hablando hasta tarde y el cansancio las venció. La mujer tenía una flor de Cecilia en su tocador, era la última flor del ramo que Aether pretendía darle aquel día que lo traicionó.

Lisa soñaba muchas cosas, algunas eran pesadillas sobre lo que había visto, sobre qué Aether no actuaba tan tranquilo con ella y directamente le decía que lo dejara en paz. Otros sueños eran más placenteros, ella veía a Aether ir con ella y abrazarla antes de besarla para después dormir juntos.

La imagen de Aether y Rosaria juntos la seguía atormentando, el verlos besándose y disfrutando del momento sólo hacían que su corazón se sintiera más destrozado. Lisa sabía que no tenía ningún derecho a sentirse molesta con Aether, pues no tenía ningún tipo de relación amorosa con nadie y él podía estar con quien quisiera, pero el hecho de que no haya sido ella le seguía doliendo.

Lisa se despierta y observa la flor en su tocador, la mujer ve que le falta un poco de agua así que se levanta para poder llenar el pequeño florero donde la tenía. Lisa sigue viendo a Aether besando a Rosaria en su mente, tocando su cuerpo y haciendo que su cuerpo se estremeciera con sólo tocarla...y los celos la invaden. Ella quería tener eso para si misma, quería tener a Aether para ella y que ninguna otra persona pudiera estar con él, ella deseaba que el rubio le dijera que la amaba y que siempre estaría con ella, pero era un sueño tonto...Lisa sabe que hizo muchas cosas mal, creyó que si le daba celos a Aether éste se animaría a ser más directo, pero terminó por alejarlo.

Todas las veces que ella se atrevió a tratarlo como si importara, todas las veces que lo hacía trabajar por ella mientras se dormía o se iba a beber. La mujer sigue recordando cómo siempre obligaba a Aether a que acomodara todos los libros mientras ella se iba a la taberna con Kaeya, dejando al rubio solo.