Capítulo 15: Después de la tormenta.

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3 días han pasado desde que Aether casi mata a Lumine, desde aquel día el de escondió de nuevo en la aldea Aaru, Candace era la única que lo veía, ni siquiera Paimon sabía que decirle. En Teyvat las cosas estaban...diferentes, todas las regiones se habían vuelto un caos cuando pensaban que Aether había muerto, pero ahora que sabían que estaba vivo, no había un solo segundo en que no lo buscaran.

Desde la batalla de Mondstadt, Dainsleif se había quedado en la ciudad, en parte porque Lumine estaba presa ahí, pero también para asegurarse de que nadie fuera hacia Sumeru a buscar al viajero, a pesar de las súplicas molestas de Lisa y de otras personas más, el jamás les diría donde estaba.

Jean entra en la prisión, pues Lumine no hablaba con nadie, trataban de interrogarla por las buenas y las malas, pero la chica sólo hablaba con Dainsleif.

Jean: -Cómo está nuestra prisionera?- Dice mientras les deja algo de comer.

Venti: -Callada, desde hace un rato que está quieta, no hablará con nadie que no sea Aether, así funcionan las cosas.-

Jean: -Si tan sólo supiéramos dónde está...Dainsleif no accede a decirnos.-

Venti: -Tarde o temprano nos lo dirá...como está Lisa?-

Jean: -Mal, no ha dejado de rogarle a la Academia que la dejen ir a Sumeru, y tampoco a dejado de llorar...-

Venti: -Ella también lo amaba, no es así?-

Jean: -Si...creo que incluso esperaba que el se confesara cuando...cuando pasó todo...-

Venti: -No me sorprendería que nos odiara, a todos, arruinamos su futuro con Aether, y ahora no sabemos dónde está.-

Ambos sienten un gran vacío en sus estómagos, sólo observan a una Lumine que desvaría y dibuja el rostro de Aether en las paredes de su celda.

En Liyue, todos estaban a la espera del rito de la linterna, pero este año era especial, pues deseaban de todo corazón que el viajero asistiera y así pudieran pedirle perdón. Yelan era la única que hablaba con él, y a pesar de su insistencia en "consolarlo" , prefería darle tiempo para si mismo.

Yelan estaba tomando té cuando se dio cuenta que alguien se acercaba a ella, era Ningguang.

Yelan: -Días caóticos no lo crees? Por suerte que tenemos un gran ángel cuidándonos, ahhh lo que daría por estar con él en estos momentos y mostrarle todo mi aprecio.-

Ningguang: -Tu sabes dónde está, no es así?-

Yelan: -No, sólo sabía que estaba vivo, un Eremita me dijo que lo vieron en Sumeru, pero aunque lo supiera, no te lo diría, ya suficiente daño le hiciste...y pensar que lo amabas, es una pena, tendrás que conformarte con saber que un día yo me acostaré con él...-

Ningguang pierde la cabeza y trata de ahorcar a Yelan, pero esta la detiene con sus hilos.

Yelan: -Awww no me digas que te duele, acaso no soportas que el viajero sea deseado por más personas?-

Ningguang: -No me hables en ese tono, sabes bien lo que siento por él, y no voy a dejar que te acerques.-

Yelan sonríe y la suelta, para después terminar su té.

Yelan: -Eso crees? Bueno, entonces eres más tonta de lo que supuse, no te preocupes, te enviaré fotos de su cuerpo desnudo...sólo después de que YO lo disfrute.-

En Inazuma, las cosas parecían mejorar, después de la batalla y de conocer que Aether estaba vivo, la Shogun salía más a menudo, trataba de ayudar a su pueblo y hasta la veían más...radiante. Yae estaba feliz por verla así, pero en secreto trataba de buscar cualquier excusa para ir a Sumeru y ver a Aether. Mientras que Sara estaba algo confundida, pues se alegraba de que la Shogun estuviera feliz, pero algo dentro de ella se ponía celosa de tan sólo imaginarla cerca del viajero.

La sombra del viajero.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora