Capitulo 23: Secretos 2

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Advertencia:
Todos los hechos de la historia son fantásticos. Ninguna de las organizaciones o grupos son reales.

Narrador

El vehículo frente a Ariel arranco dejando el humo atrás y causando que el pelo del mismo se sacudiera. Frente a la carretera había un letrero que decía "Bienvenido a Riddle." Había arribado a su destino. Camino por un largo camino con árboles a los lados hasta llegar al pueblo y empezó a buscar la casa que había ganado en la apuesta.

La gente lo miraba mientras que se movía por las calles. Las chicas murmuraban y él no estaba enterado de que era el centro de atención. Un chico de aproximadamente 1.78 cm de altura de, cabello rubio, ojos de un azul profundo como el mar junto con una piel blanca y un cuerpo trabajado. A muchos les debió parecer un manjar. Un nuevo manjar que había llegado al pueblo.
Camino por el lugar hasta que se detuvo frente a una casa.

- Al fin.- Llegó a la vivienda.

Abrió la puerta con la llave que había sacado de su bolsa y la puerta dio un chirrido. Se asomó y miro a ambos lados antes de entrar. Miró a los alrededores y dejo sus cosas en una mesita que estaba en la sala. Todo para él era nuevo, pero gracias a la información que le proveyó aquel hombre se las arregló para sobrevivir. Después de todo, era un niño solo en un mundo del cual solo había leído historia. No había un hermano mayor, no había guardias. Solo eran el y la casa vacía. Miró a sus manos y sintió la soledad de aquel sitio. Ya había estado solo, pero no en otro mundo. Miró al suelo con ojos de perro, como un niño que no sabía qué hacer. Agarró su brazo y lo masajeó ligeramente antes de dejar caer su mano.

- Bien, empecemos.-Suspiro, trono sus dedos y empezó a establecerse.
Y así fue como su nueva vida en Riddle empezó.

En tanto nuestro príncipe fugitivo estaba mudándose al pueblo, Asher estaba meditando pacíficamente en la preparatoria. Si la insólita personalidad de los White no lo hizo inmutarse, entonces lo que estaba por ocurrir probablemente lo haría.

Asher

Ayer fue un día duro. Hoy Brooklyn dijo que iría a la casa de Megan a pasar el rato, por lo que tendré la casa sola. Conocí al hermano menor de Brooklyn y él cree que somos novios... suspiré alegre, de alguna forma eso me alegraba. Caminaba con mi novia por los pasillos de la preparatoria y ella se aferró a mi brazo.

- ¿Pasa algo, cariño?- pregunto preocupada.

- Nada, solo recordé algo gracioso.-

- ¿Quieres ir a una fiesta hoy? Escuché que Olivia va a hacer una fiesta.-

- Perdón, amor, pero creo que hoy prefiero ir a casa.- Ella hizo un puchero y miro hacia otro lado con el rabillo del ojo.

- No es que no quiera ir contigo. Amo salir de fiesta, pero creo que hoy no estoy de humor para ir. - la tome de los hombros y la mire con amor.

- ¿Vendrás a la próxima?- dijo con ojos de perro.

- De hecho, mi familia quiere conocerte y probablemente vayamos mañana a su casa.-

-¿En serio? Sería bueno volver a verlos. Recuerdo a tus hermanas, cuando las conocí eran pequeñas, me imagino que se volvieron enormes como su hermano mayor.- ambos reímos

- Todavía son unas miniaturas y créeme que les falta bastante para ser tan grandes como yo.- reí.

- Adiós amor.- la tomé de la cintura y la besé en la mejilla para luego irme.

- Adiós.- dijo ella moviendo su mano en señal de despedida.

Afuera de la prepa estaba Luca arrimando a mi auto mirando su celular. Levantó la vista cuando me vio y sonrió.

Opuestos no tan opuestos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora