9 || Abrazo.

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El ya conocido azabache estaba sentado junto a ____ en el apartamento de ella, se podría decir que estaban conversando, pero más bien él hablaba y ella escuchaba sin decir una palabra (al menos por el momento).

Él se apareció repentinamente frente a su puerta bien terminó su turno, aunque no le agradó la idea de hacerlo pasar sobretodo a esas horas de la noche y con todo el desorden de su cuarto, el azabache seguía siendo su superior después de todo.

Aquel hombre le dejó en claro sus intenciones desde un principio y pidió solo unos minutos para poder conversar.

____ detestaba tenerlo ahí, lo cual lo expresaba con su miraba fría, ceño fruncido y brazos cruzados, como si se tratara de un adolescente al que le llevaron a una fiesta donde no quería asistir.

—...entonces tú solo trabajarías de lunes a viernes con un horario no muy nocturno, incluso si quieres solo trabajar durante las mañanas o las tardes, puedes hacerlo. Sin mencionar que estarías en lugares muy hermosos y con un excelente pago.— Él resumió la explicación que le dio durante la última hora y media en esas simples palabras. —Trabajar poco y vivir bien en una hermosa casa, perfecto para una mujer ¿No es así?—

—Lo que te pregunté fue qué sería de este lugar si me fuera, señor.— Dijo ella mirándolo como si él fuera la cosa más absurda. —El último empleado era un puberto inexperto que sepa Dios como sobrevivió, no creo que realmente busquen gente profesional para el puesto en este lugar.—

El azabache rió ante esto.

—Henry era mucho mejor de lo que crees.— Mencionó tras finalizar su risa.

—Ajá...—

____ movió su cabeza hacia otra dirección, mostrando la indiferencia que sentía y su poco interés en escucharlo.

—Mira, no quiero quitarte más de tu tiempo, aquí tienes mi tarjeta y no dudes en llamar.— Él le extendió su tarjeta sosteniendola solo con sus dedos medio e índice. Junto a esa acción, le dio una encantadora "sonrisa de comemierda".

____ tomó la tarjeta y la dejó en la mesa, con la intención de observarla una vez que el azabache se largase. Ella tuvo la amabilidad de abrirle la puerta para que se marchara.

—Fue un placer.— Movió su cuerpo un poco, indicando que comenzaría a caminar, pero se detuvo abruptamente para mencionar algo de lo que se había olvidado. —Oh, por cierto, la manija de tu puerta está un poco floja.— Y finalmente se fue.

Una vez se marchó, ____ fue a examinar la manija para comprobar si lo que dijo el azabache era verdad, y lo era.

Estaba tan floja que con un poco de fuerza pudo quitarla sin ningún esfuerzo. Eso era motivo para llamar a alguien para que la arreglase.

Probablemente ____ la había roto cuando estaba borracha, o lo que sea.

Entró a su apartamento nuevamente,

...

En aquella tarjeta estaba lo básico, nombre, número telefónico (tanto personal como el del D.D.D), la ubicación de su oficina, etc.

Logan Grimsley.

Ese era su nombre; ____ sentía que le quedaba como anillo al dedo.

____ dejó nuevamente la tarjeta sobre su mesa junto a las tazas del café que habían bebido durante su conversación y que ella se encargó de servir.

«Ese tipo ni siquiera se dignó a ser considerado y venir durante el día».

Exhausta, fue a prepararse para ir a dormir, cepillando sus dientes de mala gana, mas encargándose de hacerlo bien.

The Milkman || Francis Mosses x Fem ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora