Para cuando ambos muchachos terminaron su conversación y regresaron a la sala de espera en donde se encontraba Ten, el médium sintió uno de los compartimentos de su pantalón vibrar con fuerza. Tragó saliva con nerviosismo en cuanto notó aquello que parecía moverse dentro de su bolsillo, y procedió a detenerse secamente antes de siquiera pensarlo con mayor profundidad. Sabía a la perfección lo que esa llamada significaba.Para cuando el contrario notó su ausencia, disminuyó su paso poco a poco hasta encontrarse con sus ojos.
—Continúa, Doyoung. Voy a contestar el teléfono y enseguida regreso, ¿está bien? —Expresó Johnny.
—¿Ocurre algo? —Cuestionó Doyoung con preocupación. El médium solo negó con la cabeza en un pequeño intento de calmar la ansiedad que empezaba a emanar de la mirada de aquel muchacho.
—Llamada de trabajo. Creo que es algo urgente, pero no te preocupes por eso. Ya mismo lo resuelvo. —Tranquilizó Johnny. Su voz parecía flotar con calidez y suavidad en cada ocasión que movía los labios para dirigirse al contrario.
—Está bien —Dijo Doyoung—. Te creo.
Y, por alguna razón, el médium no pudo evitar sentir su corazón pesar con culpabilidad de tan solo recordar la amarga mentira que había esbozado con tanta facilidad. ¿De verdad valía la pena seguir mintiendo de esa forma? ¿Actuar como si su alma no se hundiera más y más cada vez que se aprovechaba de la confianza que Doyoung había depositado en él solo para ocultar su verdadero trabajo? La sensación de responsabilidad cayó con fuerza sobre su pecho. La hipocresía a la que sucumbía su alma era suficiente como para matar a más de mil caballos.
—Gracias. —Fue lo único que alcanzó a pronunciar antes de marcharse del pasillo y llegar a un lugar seguro para contestar la llamada. No quería seguir sosteniendo una mentira que tarde o temprano se vendría abajo por su propio peso.
Un suspiro se escapó de sus labios con cierta ansiedad y finalmente desplazó sus dedos para contestar la llamada de Mark Lee.
—¿Llegaste? —Preguntó Johnny al instante.
—Estoy en la cafetería. Tus amigos me siguieron de camino acá. —Contestó Mark.
El castaño parpadeó varias veces mientras una notable confusión bañaba su rostro al escuchar aquellas palabras. Luego frunció el ceño en cuanto comprendió la situación.
—¿Acaso te refieres a Jungwoo y a Yuta? —Cuestionó Johnny, aunque realmente no hacía falta comprobarlo para saber que era verdad—. Mira, Mark, no creo que sea buena idea que Jungwoo vea el estado del amigo que te conté. Quiero decir... además de ser amigo de Doyoung, Jungwoo también lo conocía, ¿entiendes? Quizá haya hecho progresos en asimilar que está muerto, pero sigue estando muerto. Ni tú ni yo sabremos cómo actuará si se llegara a enterar de esto. Es posible que haga una estupidez.
Esta vez, quien soltó un suspiro fue Mark al otro lado de la línea.
—Todo estará bien si confías en mí —Sentenció Mark—. Me encargaré de rastrear cualquier rastro de flujo espiritual en el cuerpo de tu amigo y lo compararé con el objeto que tienes contigo. El caso es reciente, ¿si? Estoy seguro de que puedo hacerlo incluso sin tener que acercarme al paciente.
El castaño no pudo hacer nada más que morderse el labio con ansiedad. La angustia lo iba a matar en cualquier momento.
—Está bien, iré a la cafetería a buscarte. No te muevas de tu sitio.
Y con eso, colgó.
[...]
Johnny se puso en marcha en un instante. Si las cosas salían a la perfección, entonces tal vez podría llegar al fondo de todo esto. Encontrar al culpable parecía estar tan lejos y tan cerca al mismo tiempo que hasta creía vivir en una mera ilusión que una persona como él jamás sería capaz de imaginar.
ESTÁS LEYENDO
engaños ও johndo
FanfictionEl suicidio de Kim Jungwoo, el hermano de Kim Doyoung, fue un golpe duro tanto para la familia Kim como para sus allegados. Por esa razón, Doyoung no es capaz de notar los sucesos extraños que ocurren a su alrededor hasta que un espíritu sin igual a...