v. ¿qué le pasa?

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"por fin vuelves, llevo casi un mes sin traerte al entreno."

"es que ya sabes, el primer mes de curso, acostumbrarte a los profesores cabrones..." - conversamos en neerlandés. - "es todo una locura. hay días que pienso que me he dejado mi propia cabeza en alguna clase de las prisas que llevo al salir." - río. - "al menos no es madrid."

"al menos no es madrid." - repite él.

"me gustaría volver a canarias, en serio. allí se vivía genial." - digo con simplicidad, y aunque nunca le había hablado a frenkie sobre aquella época, esperaba que se interesase alguna vez.

"¿pues sabes qué? mikky me ha dicho que te echa de menos en la organización." - dice cambiando radicalmente de tema.

ruedo los ojos y me trago las ganas dedarle una bofetada. - "ya os avisé que cuando empezara el curso no tendría tiempo para más. además, que organizar una boda no es tarea fácil, solo se os ocurre a vosotros hacerlo a prisas."

"tampoco va a ser una ceremonia muy grande, quiero decir... familia y amigos cercanos y poco más. hemos tenido que poner un tope a la lista de invitados."

"¿y yo he entrado en el corte?" - miro por la ventana, observando el centro deportivo joan gamper que aparece a final de la carretera y esperando a que dijera que por algún milagro yo no era prioritaria y no tenía invitación.

"tú estabas la primera después de mi familia, tonta. tú y tus padres." - le oigo sonreír. lucho con todas mis fuerzas contra el impulso de abrir la puerta del coche y tirarme en marcha.

claro que estaba.

¿será muy cantoso fingir que me he roto una pierna y tengo que pasarme el finde de la boda en el hospital?

o sin fingir.

"realmente no lo pasé tan mal organizando, solo que son muchas cosas que queréis tener y hay que hacerlo todo a la vez, y de ahí no puede salir nada bien." - murmuro mientras él me pasa un brazos por los hombros, como siempre. me recoloco la correa de la mochila y suspiro, cansada de la semana de clase.

"si te consuela, te puedo decir que según mikky, el hombre de la agencia lo está haciendo bastante peor que tú: quiere moverlo todo de sitio y ella no quiere cambiar un centímetro de lo que dejaste."

"que lo cambie si quiere, al final fue una manera de pasar el tiempo antes de empezar el curso. no tiene que ser permanente."

"ya, si se lo he dicho, pero dice que tienes una sensibilidad especial para esas cosas y que está todo perfecto con tu idea, y se le ha metido en la cabeza dejarlo así."

oh, genial. lo que me faltaba. cumplidos por parte de la prometida de mi amor platónico.

"agradéceselo de mi parte, entonces." - digo casi al aire, sabiendo que él no iba a prestar más atención.

"ahí viene pedri." - dice el rubio, señalando a una banda del césped.

"parece... agitado." - observo.

"últimamente está siempre así."

noto cómo sus pasos son mucho más pesados, pisa más fuerte que de normal y las ojeras se le marcan.

"hola, pedri." - saludo con cuidado, por si le daba algún cambio de humor súbito.

"hola, sofi." - dice secamente.

me rayo un poco, pero lo dejo pasar, se le nota alterado. no sería justo tenérselo en cuenta.

sigo hablando con ferran, que debe ser una de esas personas que se empeña muchísimo en conocer a alguien nuevo, y me marcho a las gradas a esperar una hora hasta que el entrenamiento se acabe.

VISTA AL MAR - Pedri GonzálezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora