xvi. ya dormiré

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"pedri." – frunzo el ceño al reconocer la voz, una que se supone que no tiene que estar aquí. me giro hacia ella. – "¿puedes venir un segundo?"

"claro." – voy a paso rápido con la chica y salgo de la habitación. nos alejamos un poco y ella se apoya en la pared. – "¿todo bien? ¿qué haces aquí?"

ella suspira. yo la miro mejor, la luz engaña. – "estás pálida. deberías dormir."

"ya dormiré cuando esté muerta."

el silencio cae por la seriedad de su afirmación.

"vale, pues dime si puedo hacer algo para mejorarte el día."

"no ha sido buena noche y he preferido no ir a clases." – dice en voz baja. – "¿puedo pedirte un abrazo?"

sonrío levemente y dejo caer las manos. – "que no tienes que preguntar, no sé cuántas veces tengo que decírtelo."

ella se abraza a mí, con tanta fuerza que es curioso y a la vez preocupante, y yo se lo devuelvo, acariciándole el pelo con tranquilidad. en silencio, noto su respiración irregular y su pulso tembloroso. oigo cómo se aguanta las lágrimas y me siento peor conforme pasan los segundos, pero intento aparentar confianza por ella.

"todo va a estar bien, ¿vale? te lo prometo." – le susurro.

sofi asiente contra mi pecho, aunque no dice nada.

oigo pasos y ni me molesto en girar la cabeza, centrado en la chica entre mis brazos.

"¿sofieke?" – acento extranjero.

"no es el momento, frenkie." – me atrevo a decir, sin soltar a la holandesa y sin mirar al rubio.

él resopla, noto que sofi se acerca un poco más a mí y los pasos se reanudan y se alejan.

la tarde anterior, me había despedido de ella con la promesa de volver pronto para ver cómo estaba, le había dejado algo de comida hecha para cenar y le había abrazado otra vez lo más fuerte que había podido, jurando que la llamaría después del entrenamiento.

pero ahora mismo solo sabía dos cosas: que estaba aquí, no sabía cómo ni por qué, pero estaba aquí; y que estaba triste, así que haría todo lo posible para que no fuera así.

"tengo que irme a entrenar." – digo arrepentido. – "si te hace falta algo, llámame. y el rato se pasará rápido y en cuanto termine te juro que vuelvo contigo y te doy todos los abrazos que necesites."

"perdona, sí, claro." – dice separándose poco a poco. – "te espero en la cafetería, ¿vale? ánimo con el entreno."

me mira un segundo y tan rápido como me había abrazado, deja de agarrarme y se va. – "sofi-"

la observo mientras se marcha, frenkie da un paso fuera y me mira también. gira la cabeza para verla a ella, vuelve a mí y mirada asesina, como siempre.

dos horas de entrenamiento jamás se me habían hecho tan lentas. cada paso era de plomo, cada toque de balón me hacía eco en el cráneo, recordándome que no estaba donde debería estar.

la llamada de finalización por fin llega y no puedo correr más sin romperme un músculo después del ejercicio intenso para volver dentro de la instalación. me ducho en tiempo récord y me cambio, recojo mis cosas y me despido de los que me encuentro a duras penas. llego a la cafetería antes de darme cuenta y abro la puerta tan fuerte que podría haberla sacado de las bisagras.

"sofi." – respiro, ignorando la figura con pelo rubio tan familiar que tenía delante.

"hola, pedri." – dice con un tono extraño, como si no me quisiera allí.

VISTA AL MAR - Pedri GonzálezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora