vii. propuesta

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"¿qué te pasa hoy? no me has dirigido la palabra en todo este rato." – le espeto mientras me froto la sien, harta del silencio incómodo que llenaba el coche.

"nada." – responde seco.

"dijiste lo mismo todas las veces que te he preguntado en los últimos tres días. ya estás bien de la pierna y no tienes más de lo que preocuparte, no entiendo qué se te ha metido hoy en la cabeza."

"¿te caen bien los del equipo?" – pregunta, puedo oírle las arrugas en la frente del gesto que está haciendo. le tengo memorizado de arriba a abajo.

"¿por qué preguntas eso? claro que me caen bien."

"ah, no sé, tú me dirás. ¿hay alguno que te caiga mejor que los demás?"

"¿no?" – respondo confusa, girando la cabeza para verle mejor. – "ni siquiera he hablado tanto con ellos. con los que más he hablado han sido ferran y pedri, y sí, me han caído bien, pero no sé a qué viene esto ahora."

"¿y hablas con ellos de normal?"

"¿cómo, fuera de los entrenamientos, te refieres?" – él afirma. – "qué va, la universidad no me deja tiempo ni para respirar casi." – miento sobre mi exhaustiva tarea de investigación sobre la acosadora de pedri y finjo que la boda no me ocupa la mente el noventa y cinco por ciento del tiempo, haciendo que la universidad no pare de hacérseme cuesta arriba.

miro de vuelta a la ventana, pensando en cómo voy a hacer para acercarme a pedri sin levantar sospechas de él después de esta conversación.

cuando salimos al campo, pedri ya está ahí, noto cómo frenkie me acerca un poco más a él. noto cómo los escalofríos me recorren la columna y sonrío involuntariamente, cosa que me hace recordar que estoy absolutamente hasta las trancas de un chico que se va a casar en tres meses.

y además, mi mejor amigo, que le he soltado una mentira más grande que su antiguo estadio y ahora voy a colarme en la vida de una persona que se nota que no está muy convencido de que sea nada adecuado. es un buen plan para sacarme a este rubio inalcanzable de la cabeza durante unos meses, o al menos hasta que se pase el endiablado evento matrimonial.

dios, yo no soy así, voy a acabar odiándome.

en mi defensa diré que es más por pedri que por mí, aunque yo también estuviera planeando aprovecharlo para ciertas cosas.

la náusea en la tráquea otra vez.

sé que el holandés no me está soltando porque supongo que sabe que soy perfectamente capaz de andar hacia pedri y... bueno, no sé qué está pensando que voy a hacer después de eso. en cambio, se gira hacia ferran conmigo al lado y como si fuera una conversación en la que no me ha forzado a entrar, se ponen a comentar posibles tácticas que entrenarán para el próximo partido contra el celta.

se me revuelve el estómago y oigo pasos a mi derecha, así que giro la cabeza y veo al canario arrastrando los pies. él levanta un poco la vista y me ve, levanto las cejas a modo de saludo y me fuerza media sonrisa.

como parte de la estrategia, intento forzar mi camino a él, pero el bíceps de frenkie hace fuerza contra el mío y me obliga a quedarme en el sitio. le disparo una sonrisa rápida de disculpa y echo mi peso contra el cuerpo del rubio.

"ánimo para el entrenamiento, chiquitos. yo tengo que ponerme al día con cosas de la universidad, nos vemos." – les despido, y salgo del círculo en el que están pasando por la derecha de pedri, me paro una fracción de segundo y le miro, mi cerebro haciendo una carrera olímpica en la que intenta decidir si atreverme a hablarle o no.

miro de reojo y veo que frenkie ya ha empezado a correr de espaldas a nosotros.

"cuando acabes el entrenamiento, ¿tienes mucha prisa para irte? porque quiero hablar contigo, pero..." – me refreno de acabar, no podía meter a nadie más de momento en esto. – "solo... intentaré esperarte si sales de los últimos."

VISTA AL MAR - Pedri GonzálezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora