Capítulo 6. Ella sería su perdición.

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Él la soltó en ese mismo instante, ella no era como todas las mujeres, no buscaba su propio placer, no buscaba una noche de pasión, quería más, mucho más. Él había pensado que después de salvar su vida ella se vería obligada a obedecerle pero no, aquella mujer tenía un gran carácter y no iba a ser dominada, no a no ser que usara los dones que tenía y que hacía años que no necesitaba.

Ambos se sentían atraídos el uno por el otro pero había algo más entre ellos, algo más primitivo que les hacía no hacer lo que estaban deseando, el orgullo herido.
Por una mujer que ya le había rechazado varias veces, que había hecho que Ikal pensara que no podría conquistar y por un hombre al cual no le importa nada más fuera de lo carnal.

Ella sabía cómo tratar a los hombres, sabía que es lo que pasa por su cabeza y no dudaría en usarlo para su propio beneficio. Sabe que es hermosa, sabe que puede atraer todo lo que quiera  y que no van a ningunearla nunca más. Se ha propuesto ser la dueña de su propia vida por una vez y si tiene que usar a un hombre en su beneficio, lo hará.

Se acercó de nuevo al cuerpo de él, serena y tranquila. De nuevo podía sentir el aliento mentolado de aquel hombre sobre sus labios y los lamió llamando la atención de este, que estaba deseando devorar esos carnosos labios.

— Hazte a la idea, jamás vas a controlarme Ikal, date cuenta de que no soy como esas mujeres con las que te has encontrado anteriormente, acepta de una maldita vez que no vas a tenerme. —Sonrió y se escabullo rápidamente para alejarse de él.

Lo dejó en el salón, caliente y con la boca abierta. Ikal no se podía creer que aquella mujer se creyera que podía hacer con el lo que quisiera y no iba a dejar que eso pasara. Él no había sido nunca así. No había dejado que una mujer le hablara como ella lo hacía. Sabía que ella estaba rota y que quizá también enfadada con el mundo pero no la daba ningún derecho a hablarle de aquella manera.

Ella había decidido que en aquel momento de su vida nadie decidiría sobre lo que era mejor o no para ella, Uxia tenía muy claro que un hombre como Ikal intentaría llevársela a su terreno, intentaría por todos los medios controlar hasta el último paso que ella diera pero, simplemente era su forma de ser. Él típico hombre que siempre ha tenido lo que ha querido. Ella entendía que cada persona tenía una forma de ser y lo bueno de haber estudiado psicología por varios años sabía cómo tratar con todas las personas. Sabía hacer que él se sintiera bien y quería pensar, necesitaba poner su mente en orden antes de volver a su vida real.

Siempre había querido ser una mujer poderosa, quería todo el dinero que sus padres no habían tenido, quería tener una vida de lujos y hacer lo que le apeteciera. Había luchado, había luchado por todo lo que quería y no comprendía como narices había llegado a deshacer toda su vida y mandar a la mierda todo lo que podría haberla hecho sentirse poderosa.

Siempre había sido la mujer que todos deseaban en su casa, esa mujer sencilla y tranquila. Que no salía y no bebía alcohol cuando se moría por sentirse como una chica de su edad desde hacía mucho. Su familia católica jamás entendió como Uxia decidió estudiar una carrera y no lo aprobaban en su totalidad pero ella se impuso. Trabajó y no dejó nada al azar. Después de todo, quizá la muerte de su familia fuera del detonador para cambiar su vida, para ser quien realmente quería ser e Ikal, sería su moneda de cambio.

La chica entró de nuevo en la habitación de Ikal y es cuando se dio cuenta de que no había más habitaciones en aquel apartamento de lujo. Suspiró pegando su espalda a la puerta y volvió a salir. No quería pero tampoco tenía que robarle su espacio a aquel hombre.

—Lo siento, sé que me porté mal y no voy a dormir en tu habitación. Me quedo en el sofá. —Realmente no la importaba, pues ese sofá se veía muy apetecible después de las noches que llevaba durmiendo en la casa de su amiga Sarah en ese sofá cochambroso era más que aceptable aquel mullido sofá de tres metros.

Polvo de ángelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora