Este capítulo contiene escenas explícitas +18, no me hago responsable de lo que se lea y lo que se sienta con este capítulo.Ikal no sabía que había pasado, porque Uxia se había vuelvo a emborrachar y porque se había pegado tanto a su cuerpo que él era incapaz de moverse entre las sábanas.
No se atrevió a quitarle el vestido, no se atrevió a quitarse más que la chaqueta y la abrazó, sintiendo como la chica temblaba bajo sus brazos y sintiendo como el corazón se le oprimía cuando ella se movía tan cerca suyo.
— Él, no eres tú... –Susurró la chica dándose la vuelta
Ikal sintió sus labios en su cuello, como ella aspiraba su aroma y besaba su mandíbula suavemente.
— Estás borracha Uxia –Dijo Ikal con una voz grave, casi gutural desde el fondo de su garganta.
— Y quiero olvidar... Ikal, hazme olvidar –Dijo la chica mientras dejaba pequeños besos por todo su cuello, haciendo que el vello del chico se erizara.
Ikal la giró sobre el colchón, poniendo sus manos por encima de su cabeza y teniéndola entre sus piernas. Uxia sonrió y lamió su labio inferior. En su interior había una ira descontrolada que solo quería apaciguarla así, con sexo, y si era con el hermano de su peor enemigo, mejor.
— Sé cómo es Azazel, se, el tipo de hijo de puta que puede llegar a ser, se por tu forma de mirarle que te rompió en mil pedazos y sé que lo único que quieres es venganza. Y aunque me muero de ganas por comerte, querida, no será hoy. No será mañana... será cuando estés completamente segura, sobria y me supliques que te folle como nadie jamás lo hizo. –Dijo el chico contra los labios hambrientos de la chica.
— No sabes nada Ikal... nada de lo que ese mal nacido hizo en mi interior. De lo que mató en mi interior y de lo jodidamente enamorada que estaba que ni me di cuenta de lo que sucedía. —Él beso la comisura de sus labios.
Beso suavemente su cuello dejando unos pequeños besos mojados por su mandíbula hasta llegar sobre sus labios.
— No te puedes ni imaginar cuánto te deseo Uxia. Cuánto me estoy esforzando por no arrancarte este precioso vestido que lleva tentándome desde que te lo vi puesto —Dijo con voz ronca, haciendo que a la chica sonriera.
Ella no dudó un segundo para aprovechar y llevar sus labios con sabor a tequila a los de él, que sabían a menta y ron y devorar sus labios de una manera hambrienta y pasional. Ikal respondió a ese beso sintiendo como el fuego quemaba en su interior, como su ritmo cardiaco se descontrolaba y su respiración se volvía superficial. Se estaban besando como si fuera lo último que harían en la vida, devorando los labios del otro, mordiendo y dejando que la chica suspiraba cuando Ikal mordió su labio inferior. Justo antes de pasar sus manos por su cuello, sus dedos acariciando cada zona entre su barbilla y sus senos. Ikal no dudó un segundo en llevar sus manos al escote del vestido y rasgarlo hasta que se abrió por completo, dejándole una espectacular vista de la ropa interior de encaje que llevaba Uxia.
— Pequeña... te voy a comer. –Susurró contra la piel de su cuello. Y se lo había prometido.
No, no la iba a follar pero, se la iba a comer. La devoraría y lo haría lentamente.
Uxia llevó sus manos al pelo alborotado del chico de ojos cristalinos. Sintiendo como su cuerpo se estremecía ante el toque suave de los dedos de Ikal. El chico tenía unas manos habilidosas, sabía como tenía que llevarla hasta la locura y como la haría estallar en mil pedazos.
Ikal bajó el tirante de su sujetador suavemente dejando una ristra de pesos y mordiscos por su hombro. Hizo lo mismo con el otro tirante y cuando ambos estaban abajo con sus habilidosos dedos se deshizo del trozo de tela negra que le dejó a la vista esos precisos senos femeninos y con pezones rosados y erizados que tenía la chica. Se lamió sus labios y llevó su boca al pecho derecho, lamió alrededor de su pezon despacio, acariciando con su mano el otro pecho, robándole a la chica unos gemidos sonoros, suspiros de placer bajo las caricias de ese hombre al quien le había negado varias veces el sexo.
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Polvo de ángel
Teen FictionSolo tiene una misión: corromper a la humanidad. Solo una condición: no enamorarse de una mujer Ikal lleva en la tierra más de dos mil años a salvo hasta la noche que conoce a Uxia. O al menos eso cree él. Uxia lleva seis meses en una espiral de do...