Capítulo 14. No es humana

19 6 2
                                    

¿Qué cojones querían esos ángeles de ella?

Uxia se consideraba una mujer normal, bella, por supuesto y aunque en los últimos días había notado que algo había cambiado en su interior no era capaz de comprender que querrían de ella. Sabía que había algo que no esperaba, sabía que algo había cambiado después del primer beso con Ikal, sabía que después de su cumpleaños, de su 22 cumpleaños había algo en su interior que la quemaba y la helaba a la vez.

Como una chica de su edad solo sabía de los Ángeles y los Demonios lo que había visto en series y había leído en libros. Y tenía una conclusión muy obvia, ni unos eran tan buenos, ni otros tan malos.

Al final, tanto unos como otros, solo jugaban con los humanos como si fueran juguetes y es que, en realidad sí que lo eran.

El chico no sabía qué contestar porque realmente, no sabía que quería de ella. Simplemente no podía dejar de parar de pensar en ella, cada cosa en su casa le recordaba a aquella mujer y esos ojos ardientes se habían instaurado en su cerebro quemando cada parte de el haciéndole sentir que estaba atado a ella, sintiendo cada cosa que ella también sentía, aquella era la mujer que le volvería loco.

Ella se zafó de su agarre y salió pitando dejando a los dos ángeles ahí, en el hall del hotel estáticos y sin saber qué hacer.

Ikal se giró y corrió tras ella cogiendo su muñeca y tirando de su cuerpo hasta que estuvo totalmente pegado al suyo, hasta que pudo sentir su perfume.

— No, no quiero nada de ti... Solo, te quiero a ti. Conmigo, a mi lado. –Dijo mirando a sus ojos.

La chica tuvo que mirar hacia arriba para recibir esos gélidos ojos azules que tanto deseaba. Ese olor a madera que tanto la había gustado, esa cara tan perfecta que ahora, sabía porque la atraía tanto.

— Yo, no sé si quiero estar a tu lado. Yo, no sé si quiero que jueguen conmigo de esa forma... tú, eres un ser superior y ¿yo? –Soltó una carcajada.— Yo soy una simple humana de la que te has encaprichado.

El chico acaricio su mentón y paso su pulgar por el labio de la chica desatando en ella un deseo que la quemó por dentro. Ella lo empujó.

— No, no vas a usar los poderes que tengas conmigo. Aléjate de mí Ikal. Haz, como si no me hubieras conocido. –Dijo para después darse la vuelta y salir del hotel.

Ikal siguió sus acciones pero cuando quiso tocarla de nuevo una corriente eléctrica recorrió todo su cuerpo empujándolo hacia atrás. Ella se giró, y le vio en el suelo, sentado y con cara de sorpresa.

— Uxia, no eres lo que crees.

Ella negó con su cabeza y le sacó el dedo del medio antes de parar a un taxi y subirse rápidamente para no darle tiempo al ángel a pararlo.

Ella solo quería seguir con su vida, no verse inmersa en el juego de los ángeles y los demonios del que sabía que acabaría herida.

Uxia decidió algo en el último momento y es que antes de ir a la universidad se quería pasar por el cementerio.

La chica llegó con lágrimas que le caían por sus mejillas hasta la tumba de sus padres y su hermana, las tumbas estaban al lado una de las otras y tenían tres ramos de rosas amarillas en perfecto estado. La chica se quedó estupefacta pues ella, ella no había sido quien había llevado aquellas flores. Las favoritas de su madre.

Polvo de ángelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora