Disculpen la tardanza chicas aquí les va...
_______________Londres
1706
GabriellaLa decepción cada vez me cala más hondo. No dejo sopesar todo, y todo cae como cascadas sobre mí. A eso vino, por eso todo pasó, por eso me eligió. Para forzar a mi hermana a un matrimonio por motivos egoístas.
La imagen que tenía suya cada vez se va derrumbando pedazos a pedazos. No puedo concebir que todo haya sido por una venganza, que todo lo que me ha mostrado hasta ahora sea solo una farsa.
Su cálida y abierta sonrisa. Su mirada amable pero sin atisbos de sentimientos en ella hacia mí, todo cae por su propio peso ante mis ojos.
Mi cuerpo se contrae de forma increíble. He sido timada, he sido usada como un títere para sus antojos y ya no puedo hacer nada para evitarlo.
Las sospechas siempre aullaban dentro de mí pero lo dejé estar debido a mi orgullo, pensé que realmente él hacía todo esto por obtener mi amor, por ser el dueño de mis sentimientos.
Pero los pensamientos del ser humano son como pozos de aguas profundas, nadie puede medirlos. Nadie conoce realmente a nadie.
Lo he usado. Yo también lo he utilizado para mis propósitos pero no a tal grado. No por tales motivos, yo lo hice porque no tenía opción o remedio.
Iba a hacerle creer que sería padre. Iba a hacerle creer que en realidad lo amaba solo para que mis actos no se viesen señalados por la sociedad.
La culpa me martilla el sistema. Lo único que me preocupa es mi hermana. Ella es la razón por la que siento que voy a vomitar de un momento a otro.
Recuerdo cómo el duque la miraba, recuerdo sus atenciones para con ella. Sin embargo, ambos amigos son dos manipuladores innatos y no se quedará así.
Camino a paso decidido hasta madre que charla con varias damas.
—Buenas noches señoras, madre podríamos hablar un momento —le digo en voz baja.
Ella sonríe y tras excusarse, da varios pasos para que pueda decirle que sucede.
—Quisiera marcharme madre, no me siento bien —hablo y ella eleva las cejas impresionada.
Tras unos segundos en silencio y en que no deja de evaluarme. Camina hasta la salida de los coches y yo sigo sus pasos.
—John, lleva a mi hija de vuelta a la mansión —ordena al cochero y se voltea a verme.
—Luego hablaremos con calma —añade y tras eso se marcha.
Con ayuda del lacayo subo al carruaje y él mismo prende el camino hasta casa.
No dejo de elucubrar todo. Quiero acabar con todo de una vez. No le aguantaría más juegos. Ya mi hermana está casada, su objetivo está logrado. Yo ya sé que es lo que pasa por tanto no voy a casarme con él.
La escalinata de la mansión donde vivo se abre paso ante el carruaje y al llegar frena y me ayuda a bajar. Con la mente en otro sitio entro por inercia hasta mi habitación. Me tranco en ella y siento mis puños apretarse aún sin yo ordenarlo.
Me usó.
El sabor amargo de mi propio veneno invade mi sistema haciéndolo burbujear. Iba a formar parte de un teatro a sus antojos.
Al cabo de varios extensos minutos en los que pasé quitándome el vestido, y sacándome las hebillas del cabello recogido. Siento el sonido de un carruaje en la entrada. Las voces me señalan que son mis padres que acaban de llegar.
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Su elegida por limitar Lo Prohibido II
Historical Fiction¿Podría alguien sentir cosas a una persona sin siquiera poder escuchar su voz, o ver su rostro, o tan siquiera ni saber su nombre? Es mi caso. Estoy atraída de un hombre que solo veo en las noches desenfrenadas, por un lado corro el peligro de ser...