Venecia di Angelo.
Inframundo/ campamento mestizo.-¿Tengo hermanos? - Pregunto Venecia a su padre, mientras acariciaba el cuello de Cerbero con cariño.
-Si, dos hermanos.- respondió Hades mirando a su hija acariciar al perro de tres cabezas.- de hecho, los viste hace poco.
Venecia empezó a hacer memoria los únicos niños con los que se habían topado fue en el Hotel Casino Lotus. Grover le había dicho que esos niños eran una copia de ella con solo algunas diferencias menores.
-Bianca...- Venecia miro a su padre y el movió su cabeza en aprobación.
-Bianca es la mayor. Nico es tu hermano gemelo.- le explicó Hades tranquilamente.
-¿Por qué están ahí? - Cerbero gruño por la atención de Venecia y ella rápidamente le ordenó.- Quieto, cerbero.
Cerbero obedeció y se quedó inmóvil.
-Por seguridad.- respondió brevemente Hades, impresionado por qué cerbero obedeció a su hija.
-Papá, necesitas decirme algo más que solo están ahí por su seguridad, por favor...
Venecia miro suplicante a su padre, pero la mirada de Hades se oscureció y Venecia entendió que no debería seguir insistiendo.
-No, no tengo por qué decirte más Venecia. Fallaste en tú misión. Deje bien claro en esa carta que si me traías lo robado contestaría cualquier pregunta pero viniste con las manos vacías. es tú castigo por fallar.
Un nudo se formó en la garganta de Venecia ante la frialdad de su padre, sus ojos amenazaban con llenarse de lágrimas y explotar ahí mismo. Pero no iba a darle tal satisfacción a su padre.
Por más que le enojará la forma en la que el la estaba tratando. Tenía razón, ella había fallado.
-Podrias al menos decirme si en algún momento te dignaras a sacarlos de ahí?
-Lo haré.
Venecia sintió un alivio enorme. La tranquilizaba saber que en algún momento podría reunirse con sus hermanos. Iba a seguir hablando pero fue interrumpido por un aleteo y las tres furias descendieron frente a su amo, se arrodillaron ante el y le extendieron su Yelmo de la oscuridad.
-Su Yelmo, mi señor.- dijo Alecto.
Hades tomo el Yelmo entre sus manos y la irradiación de su poder se hizo más grande todavía.
-Buen trabajo, Alecto.- Solo basto un movimiento de los dedos de Hades para que las furias se levantarán.
-Supongo que ya puedo irme.- Dijo Venecia acercándose a su padre.
Hades miro a Venecia, como si estuviera pensando en sus palabras con detalle. Cerbero a lo lejos aulló lastimeramente cuando escuchó que su nueva persona favorita, tenía que irse.