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MIRADAS SINCERAS

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Narradora Pov

8 años antes del renacimiento de Amanda

—Lo siento mucho, princesa Lotte.

Ella agachó su cabeza y abrazó con más fuerza su cuerpo.

Las palabras dolían; las palabras ardían.

La puerta fue abierta, dejando ver a Akko con su ropa de dormir, dando a entender que descansaría con el caballero.

La princesa, futura reina de Bernicia, la miro sorprendida, pero antes que pudiera emitir una palabra, Lotte salió a pasos rápidos de la habitación, gritando segundos después unas palabras que detuvieron unas pisadas rápidas que la seguían.

Llegando a su lugar de estadía, cerró la puerta sin cuidado y, torpemente, se quitó el vestido y los tacones, abandónalos en el frío suelo, para, seguidamente, desplomarse en la comodidad de su cama y ahogar el llanto incontrolable sobre su almohada.

«Duele...»

No importaba cuanto tiempo hubiera pasado, aún le dolía como la primera vez, y le era difícil aceptarlo.

¿Qué sentirías al saber que la persona que amas está enamorada de alguien mucho mejor que tú? ¿Qué esa posibilidad que añorabas todas las noches nunca existió en un comienzo?

Verla, ya era demasiado, pero sabía que tendría que superarlo.

Solo... dolía.

En el día de la coronación de la próxima reina, sería la primera en retirarse.

Dos toques en la puerta no le impidieron seguir desahogando su dolor y frustración, no tomándole importancia a la persona que se encontraba ahora en su habitación, pero logrando sentir su mirada sobre ella.

Agarró las sábanas y se arropó por completo, ocultándose de esa persona.

Lentamente, su cama se hundió y unos brazos desconocidos la levantaron, ingresando así al pequeño refugio.

Lotte abrió sus parpados, siendo recibida por unas esferas verdes azuladas.

«Barbara... ¿Qué está haciendo aquí?» Ella no le había contado acerca de la conversación que tendría con el caballero, próximo rey.

Ella la miró sorprendida y Barbara le sonrió, para después quitar sus lentes, guardarlos en el bolsillo libre de su vestido y así limpiar con total libertad las lágrimas que fluían y se escapaban de sus hermosos ojos celestes.

—No te preocupes, ya estoy contigo.

Ante sus palabras, muchas más se acumularon y Barbara se acercó regalándole un abrazo que no rechazó. Lotte se escondió en el espacio vacío de su cuello, temblando y llorando ahora sobre ella.

En esos minutos un pensamiento invadió su mente.

«Barbara comparte el mismo sentimiento que el mío».

Ella hizo una mueca de disgusto.

«Amor no correspondido. No la amo y solo la veo como una amiga».

—¿Cómo sabías que-?

—La mirabas mucho en la cena y pensé que tal vez... le volverías a hablar. Y lo comprobé cuando te vi correr hacia tu habitación.

—L-lo s-siento.

Había una vez... 2 (Diakko♥)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora