¿Un perro perdido? ¡No lo soy!

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Bakugo se encontraba caminando tranquilamente por los pasillos de U.A, dispuesto a dirigirse a los dormitorios después de un largo día de clases. La tarde prometía ser dedicada al entrenamiento, una vez terminados sus deberes.

Sin embargo, al girar por uno de los pasillos, terminó chocando inesperadamente con un chico más bajo que él, de cabellos y ojos oscuros.

- ¿Q-Qué..? – balbuceó, desconcertado ante el repentino choque.

Todo sucedió tan rápido que cuando logró reaccionar, el chico con el que chocó parecía tener una expresión de espanto y, para su sorpresa, se percibía más alto de lo que Bakugo inicialmente pensó. Además, un extraño humo blanco se dispersaba a su alrededor.

- Maldición... - murmuró el joven de oscuros cabellos con nerviosismo.

- "Oye, fíjate cuando caminas, extra..." – regañó Bakugo, dirigiendo una mirada afilada al contrario, pero se detuvo así mismo al escuchar una tercera voz.

- Inumori, ¿ya te vas? ¿Nos vamos juntos a los dormitorios? – preguntó uno de sus amigos a su espalda, al verlo en la esquina del pasillo.

- ¡Ah! ¡No, está bien! ¡Puedes adelantarte, yo iré a dejar algo que tiraron! – negó el joven de oscuros cabellos rápidamente, tomando en brazos las pertenencias y al propio aspirante a héroe, con el que había chocado.

Su compañero simplemente lo vio irse con algo de confusión. "Si es algo que tiraron o perdieron, ¿no debería ir a la sala de maestros para reportarlo? ¿Por qué se va hacia el otro lado?" – ladeó ligeramente la cabeza al no comprender las acciones de su amigo y compañero de clases.

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-

[En una parte de los jardines fuera de la U.A]

El joven de cabellos oscuros, cuyo nombre era Kai Inumori, se encontraba en medio de un dilema. "Maldición, maldición, maldición....¡¿Ahora que hago?! ¡Accidentalmente convertí a Katsuki Bakugo de la clase 1-A en un perro! ¡En un Pomerania!" – el corazón le martilleaba con fuerza en el pecho mientras se adentraba entre los arbustos, aferrándose a las pertenencias del joven y al ahora transformado Katsuki Bakugo.

Con cautela y nerviosismo, Inumori se arrodilló en el suelo, colocando con cuidado las cosas del joven y al Bakugo-Pomerania en el suelo.

- "¡¿Qué carajos me hiciste?!" – exclamó Bakugo, exigiendo una respuesta, pero todo lo que salía de su boca eran ladridos.

- Bakugo-san, por favor deje de ladrar. Le explicaré lo que sucedió. – Inumori intentó tranquilizarlo, aunque su nerviosismo era evidente.

- "¡¿Cómo que deje de ladrar?! ¡¿Me estás llamando perro?!" – Bakugo continuó, sin entender su situación, mientras observaba desconcertado a Inumori, quien parecía más alto de lo normal.

- Bakugo-san, deténgase. Realmente no hablo idioma perro. – suplicó ligeramente el chico aumentando su nerviosismo.

- "¡Vuelve a decirme perro y..." – el rubio cenizo trato de replicar, intentando alcanzar a Inumori, pero se detuvo bruscamente al ver que, en lugar de su mano, tenía una pequeña pata de perro.

La sorpresa se reflejó en los ojos de Bakugo, mezclada con una pizca de horror y confusión. Inumori observó la reacción del aspirante a héroe con preocupación, sintiendo el peso de la responsabilidad por lo ocurrido.

- Cuando chocamos antes, activé mi singularidad sin querer por la impresión. – comenzó el de cabellos oscuros a relatar los hechos sucedidos. – Mi singularidad se llama Perro-Morfosis, básicamente me permite transformar a cualquier otro ser vivo en un perro. La raza varia al igual que el tiempo en el que la transformación permanece. No puedo controlarlo. – concluyó optando una faceta más seria y culpable.

Yugen - Boku no Hero Academia [Especiales]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora