CAP 25

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Our songs, our films, united we stand
Our country, guess it was a lawless land
Quiet my fears with the touch of your hand
Paper cut stings from our paper thin plans

PRIMERA - cap 25: "Yo también existo"

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Julián tenía un gran dolor de cabeza, algo que impidió que pudiera quedarse mucho tiempo en el festejo por haber ganado el partido contra Colón.

Cuando estaba saliendo y dirigiéndose a su auto, se encontró con algunos hinchas bastante emocionados por sacarse al menos una foto, por lo que resignó todo plan de irse rápido y se detuvo a sacarse algunas fotos e incluso firmar algún que otro autógrafo.

"¡Juli, una foto!" gritaban, a lo que Julián no podía decir que no, porque para esas personas era un momento único y, probablemente, irrepetible.

Se acercó a algunos y le sonrió a la cámara del celular, y no frenó hasta haberlo hecho con varios de ahí. Con una sonrisa que expresaba todo su cansancio, se despidió, alejándose hasta su auto.

Al entrar, suspiró y se tomó su cabeza entre sus manos. Le dolía tanto que no recordaba la última vez que lo había hecho, algo bastante extraño, aunque lo relacionaba con sus pocas horas de sueño en ese mes. Entre la Copa América, volver corriendo, jugar la Libertadores y la Liga, su cabeza, cuerpo y horas de sueño lo sufrían enormemente.

Su madre diría que le faltaba organización, y tenía razón, pero sus horarios no eran algo selectivo, o no por él al menos.

Manejó con cuidado, alerta por si tenía que frenar en cuánto su cabeza explotara. Una parte de él agradeció no vivir relativamente cerca del club, pero otra parte suya lo maldecía por haber elegido en uno de los pisos más altos. Bufó, dejando el auto en el estacionamiento del edificio, caminando a paso de tortuga hasta la entrada y yendo directamente al ascensor.

Una vez en su casa, dejó todo en su living y corrió a buscar algo para calmar el terrible dolor que lo acechaba, teniendo una respuesta a este de forma inmediata, gracias a la bendición de los remedios.

Se sentó en el sillón y suspiró, cansado. Sonrió al recordar todo lo vivido en aquél mes y se emocionó ante la idea de que podría coronarlo, con la mejor decisión que tomaba desde principios de dos mil diecinueve.

Su risa, jovial cómo la de cualquier persona que se da cuenta que puede ser correspondido en lo amoroso, llenó el ambiente.

"Enamorado" susurró, sintiendo que algo finalmente salía de su cuerpo, y su pecho se sentía libre, de una forma que jamás creyó iba a sentir.

¿Enamorado?

Se rió, definitivamente estaba loco.

Loco de amor. De amor por Enzo Fernández.

Su sonrisa creció, y sintió que los nervios invadían todo su ser, por el sólo hecho de verlo o hablarle, o incluso decirle que lo amaba, pero hacerlo de frente.

Suspiró, relajado, por la paz que estaba sintiendo desde que había tomado el ibuprofeno, y desde que había podido decirle a Enzo que lo amaba.

Lo amaba.

¿Qué tanto lo hacía?. No podía saberlo, todavía, porque estaba seguro que eso no era algo que fuera a disminuír con el tiempo. De hecho, todo lo contrario.

𝗔𝗥𝗥𝗨𝗜𝗡𝗔𝗗𝗢𝗦   ▬▬▬   𝔢𝔫𝔷𝔲𝔩𝔦𝔞𝔫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora