Navidad

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Gracias a una poción que me permite soportar los cambios de temperatura me pude divertir en la nieve que caracteriza a diciembre. No más sufrir por los vientos gélidos de los pasillos. El hechizo de calefacción funcionó a la perfección y mi cuarto es cálido. También conseguí los encantamientos para hacer un objeto aprueba de fuego y lo utilicé en mi ropa y útiles escolares. Solo me faltó una protección para mi habitación, pero como no estaré en Hogwarts por las vacaciones eso puede esperar.

"Al fin podré jugar en la nieve sin volverme una paleta de hielo"

-Nos vemos, Harry, Ron- les di un abrazo a cada uno-. No se metan en problemas mientras no estamos- Hermione y yo nos retiramos junto a otros alumnos.

Hermione y yo íbamos a pasar nuestras vacaciones en nuestras casas, a diferencia de Harry, quien jamás ha estado cómodo con los Dursley, y los Weasley porque sus padres saldrán de viaje.

Ambas tomamos un cubículo del tren, igual que en septiembre. Solo que esta vez nos acompañaba Neville y su sapo.

-No quiero que se pierda otra vez- nos comentó el rubio.

"No escaparás mientras yo esté aquí, viejo sapo. No en mi guardia, hijo de rana"

- ¿Qué planes tienen para estas vacaciones? - preguntó Hermione

-Supongo que lo de siempre. Mi madre y yo decoramos juntas el árbol de navidad, horneamos galletas mientras cantamos villancicos y hacemos un maratón de películas- contesto

- ¿Qué es un película?- pregunta el niño.

Hermione y yo nos miramos un momento antes de responderle al chico. A veces olvido que el mundo mágico se quedó estancado en el siglo XV. Pasamos horas hablando sobre películas muggle y las historias fantásticas navideñas que conocemos. No nos dimos cuenta de cuando llegamos a Londres, y eso que Hermione es muy buena con los tiempos. Supongo que hablar sobre la película "¡Socorro! Ya es navidad" se llevó toda su concentración.

-Un día te invitaré al cine, Neville. Te aseguro que te encantará- le prometo al chico.

"Es bueno poder presumir algo del mundo muggle"

Todos bajamos y tras una despedida casual fuimos con nuestras familias. Hermione fue con el matrimonio Granger y Neville con su abuela, la Sra. Longbottom, una mujer imponente pero con la vestimenta más rara que llegué a ver. Yo tardé un poquito en ubicar a mi mamá, pero era porque ella estaba atrás mío, vestida con un suéter verde con estampado de renos. El ruido de la locomotora fue preciso para que no se escuchara mi grito.

-Tranquila, Alya-mamá disimuló muy mal su sonrisa-. Ven, vamos a casa.

Era tan agradable volver a Surrey. Escuchar y cantar las canciones muggle de la radio con mi mamá, vestir pantalones y suéteres y no una túnica que los demás pueden pisar, no tener que preocuparme de que me lancen un maleficio al dar la vuelta, ya no escuchar los cuchicheos molestos de Pansy o los comentarios molestos de Draco, ser libre de la tarea. Extrañaba este ambiente. Solo tenía que preocuparme de pasarla bien.

- ¿Qué tal la escuela? -preguntó mi mamá durante un semáforo rojo.

-Bien... ha sido divertido- mi mamá me dio "la mirada"

Esa expresión que dice, "sé que ocultas algo, tú elige si quieres un interrogatorio difícil o me lo dices y ya". No es fácil mentirle a mi mamá. Y mucho menos con lo que parece ser su sexto sentido.

-Algunas clases no son como esperaba- la mirada seguía-. Y algunos compañeros son un poco... malos- aumentó la intensidad de su mirada-. Y he tenido... algunos... sustos... pero no es nada grave.

-Alya- mamá cambió su expresión a una de compasión-. Puedes contarme, tal vez te ayude a desahogarte.

El semáforo se puso verde, afortunadamente. Sentí que se tardó mucho. Continuamos nuestro recorrido a casa, sabía que el tema no estaba cerrado, pero podría encontrar las palabras correctas para explicar esto.

-Llegamos, Alya- mamá estacionó el coche en nuestra casa. Pero no abrió la puerta.

"Oh no, el seguro para niños, no. Estoy atrapada"

-No te exigiré que me digas algo que no quieres- suspiró-. Solo quiero que estés feliz y a salvo- me acarició la cabeza-. Solo hemos sido tú y yo por un largo tiempo, y Harry, en ocasiones. Ahora que estás lejos me preocupo más, pero sé que debes tener tu espacio.

-Yo... si quiero contarte las cosas, es solo que no sé por dónde comenzar.

-El principio siempre es buena opción- yo reí ligeramente.

-Pues... algunos compañeros no les agradan los que son de origen muggle. Hay un profesor que la mayoría del tiempo es cruel, aunque no con mi casa. Otro profesor actúa sumamente asustado, me molesta porque su clase podría ser más interesante si se esforzara más, y a veces creo que solo está fingiendo- mamá asintió-. Y luego hay algunas criaturas peligrosas que han estado dentro del castillo.

- ¡Espera! ¿criaturas peligrosas?

-En un pasillo hay un perro muy grande y en Halloween entró un trol.

- ¿Y qué hizo la escuela? 

-Pues... - tomé aire-. El perro se mantiene en la escuela, creemos que está cuidando algo. Mientras que el trol... no estoy muy segura de qué pasó con él después de que lo derrotamos.

- ¿Derrotamos?

"Ups"

-Alya, explica.

Después de un resumen, mamá se veía alterada. ¿Qué estaba pensando al decir todo esto? Voltee la mirada hacia el patio de mi casa. No quería que mi regreso a casa fuera de esta manera. Mi reflexión se vio interrumpida al sentir los brazos de mi madre alrededor de mí.

-Mi niña, eso debió ser muy duro.

-No fue para tanto, al menos no estaba sola.

-Aun así- mamá quitó el seguro a las puertas-. Me alegra que estés bien, pero apreciaría mucho que evitaras meterte en esos problemas.

-Sí, mamá.

No volvimos a hablar de la escuela. Pasamos las fiestas juntas, vimos películas, comimos mucho, molesté un momento a Dudley y abrimos los regalos. De parte de Ron recibí dulces, de Hermione un libro de runas de protección, de Harry una bufanda y paquete de tinta invisible con su goma reveladora. Mamá me regaló unos broches plateados con forma de estrella para el cabello.

Fue una navidad diferente a las anteriores, pero igual de linda.





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¿Qué tal todo?

Espero les haya gustado.

Aquí está un intento por poner a una figura materna preocupada por el caos que suele surgir en Hogwarts. 

Si James y Lily siguieran vivos ¿cómo creen que reaccionarían a los problemas por los que pasa Harry?

Alya Blythe y la piedra filosofalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora