Una noche de insomnio

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POV Alya

Contarle a la profesora Sprout sobre lo que ocurría fue una apuesta arriesgada. La mujer se caracteriza por su actitud protectora y amable, pero subestimar a alguien solo por mostrar su mejor lado no es confiable. Después de la plática, en la que me salté muchos detalles para evitar comprometer demasiado a mis amigos, le dejé a la profesora los detalles de que escuché como alumnos intentarían pasar a un cerbero en el tercer piso y que intentarían tomar algo así como una piedra.

"Espero que esto funcione pero no pienso bajar la guardia"

La cena en el gran comedor pasó sin pena ni gloria, con tantas cosas en la cabeza no disfruté mi comida y terminé rápido. Al volver a mi sala común, fui directamente a mí habitación y tomé una gran cantidad de las pociones que me sobraron a lo largo de mis aventuras en este curso, algunas para los nervios, otras para volverme invisible, y unas cuantas que sirvieron para practicar las lecciones de Snape que tal vez podrían servir. Para tener más espacio saque algunas cosas de la mochila que llevo a mis clases. Mi diario se cayó junto con mis broches de estrellitas que me regaló mi mamá.

... Snape me dio miedo al verlo así, pero me perturbó más la expresión de Quirrell cuando mi jefe de casa se fue.

Ya no había tics nerviosos, ni tartamudeos. Tan solo una expresión de odio reprimido y un juramento de que las cosas cambiarían, muy pronto. Y luego creí ver moverse al turbante purpura.

Leer mis viejas anotaciones en un momento como este normalmente lo pensaría como una perdida de tiempo valioso, pero volver a leer eso me dio un mal presentimiento. Tomé mi libreta y me coloqué los broches que me regaló mamá en navidad.

"Nadie se dará cuenta con la poción de invisibilidad, pero prefiero mantener algo que me recuerde a mi casa en momentos de dificultad"

Con la magia de la poción de invisibilidad me escabullí hasta la entrada al pasillo del tercer piso. Un punto a mi favor fue ver a los profesores Flitwick y Sprout montando guardia.

"Es bueno ver que sí hay personal competente"

Aun así, preferí montar guardia yo también, solo para controlar un poco la ansiedad que me causaba todo esto.

"¿Dormir? Pfff, ¿Quién necesita eso cuando puedes plantarte a mitad del castillo a esperar que ningún psicótico mago no-muerto aparezca para recuperar sus fuerzas? Jajajaja... Creo que es muy tarde para arrepentirme de estar aquí"

Las horas pasaban, la luz desaparecía del cielo y tanto los maestros como yo nos aburríamos, pero todos nos manteníamos en nuestros lugares. Ya pasaba el toque de queda y mi cuerpo lo resentía, pero los presentes sabían que si una travesura iba a ocurrir, el momento perfecto sería en la noche. Yo solo esperaba no quedarme dormida y que la poción durara lo suficiente para evitar que me regañaran.

"Maldito insomnio, ahora que más te necesito desapareces... agh, mantenerme despierta por toda la semana de exámenes empieza a cobrar factura"

Durante mi lucha interna con mis propios parpados logré ver una sombra pasar frente a mí. La suerte de estar pegada a la pared fue lo que evitó que chocara conmigo la figura encapuchada, la que reconocí como la misma del bosque prohibido. Me congelé en mi sitio con solo recordar esa noche.

- ¡Alto! - alumbró con su varita la profesora Sprout-. Oh, eres tú. Querido, ¿Qué haces aquí a estas horas?

"¡¡¡Lo conoce!!!"

La persona no respondió, solo extendió su varita y en un momento el profesor Flitwick yacía en el suelo inconsciente... o al menos espero que solo sea un desmayo.

Alya Blythe y la piedra filosofalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora