Cap. 4

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NARRADOR OMNISCIENTE

EN EL DESPACHO

— ¿Qué te parece si hoy nos damos un baño de espuma? Y... mhm.. y nos bebemos esa botella de rioja del 85 que tenemos guardada de esa navidad ¿eh?— le dijo Elsa a su novio mientras le hacía un masaje en los hombros.

Luego paró, para mirarse cara a cara con Héctor.

Elsa le dió un beso corto y casto, justo entonces empezaron a besarse pero con mayor intensidad y deseo.

La mujer colocó sus manos en los hombros del director.

Y justo en ese momento, la puerta se abrió.

Elsa se separó rápidamente.

Y María se quedó inmovil en su sitio.

— ¿A ti no te han enseñado a llamar a las puertas antes de entrar? —le preguntó Elsa, molesta.

— Ehh.. perdón.

La mujer cerró y cuando Elsa volvió a besar a Héctor..

Se oyó como tocaban a la puerta.

Segundos después entró María.

Héctor intentó no reírse con todas sus fuerzas, pero no pudo evitar esbozar una sonrisa.

Elsa los miró a ambos con celos.

— Pasa, pasa, ya nos vamos. —habló el director.

María cerró la puerta tras ellos, dejó el cubilete y empezó a buscar, hasta que encontró las llaves.

Justamente cuando fue hacia allí..

Su traje se rasgó con un clavo, por la parte trasera, haciendo que este se rompiese justo por esa parta.

Y en ese mismo instante entró Héctor.

María se dio la vuelta y se puso las manos en el traje.

— No es que me moleste verte en bragas pero.. comprenderás que me lo estoy tomando algo personal.

— No.. es que, hay.. hay un clavo.

— Déjalo, venía a buscar mis llaves, ¿las has visto?

— No.. no, ni idea. —mintió la mujer, teniéndolas tras la espalda.

— Yo ya he acabado, me voy. —añadió, agarrando el cubo.

Cuando salió por lo que pensaba que era la puerta, era el cuarto de baño.

— Era el baño.. —habló, avergonzada y dirigiéndose hacia la puerta—Adiós.

—Adiós.

Al salir, Héctor miró hacia abajo para no reírse.

POR LA NOCHE

NARRA MARTA

Oí la voz de Carol ahogar un grito.

Rápidamente me incorporé y me encontré con Alfonso, este estaba en frente de la cama de Carol.

— Alfonso, ¿qué hace usted aquí? —le pregunté, asustada por el grito.

Pero no era la única, Vicky también estaba despierta.

— Tenéis que iros de este colegio, ¡es peligroso!—exclamó Alfonso desde la cama de Carol.

Las chicas y yo nos miramos entre sí.

— Alfonso, me está asustando. —le dijo Carol.

— Ahora no puedo explicároslo, id mañana a las diez al cementerio y os lo podré contar todo. Shh..

Los Misterios de la Laguna Negra (CORREGIDA) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora