Extra II: La Niña

301 41 29
                                    

•| ⊱✿⊰ |•

La primera vez que la vio llorando en el suelo fue justo en medio de la batalla con el monstruo.

Supuso que era una niña pero no estaba seguro. Todo era un caos, las personas corrían por todo el lugar, la sangre salpicaba y sus diputados comenzaban a exasperarse. Pero él pudo darle, el monstruo cayó y las marionetas se detuvieron, vivas y temblando.

Mu Qing estaba agotado, bañado en sangre que no era suya y adolorido.

Un espíritu de monstruo, al parecer muy poderoso, había poseído y tomado como marionetas vivientes a la mitad de la población de una aldea y estos habían comenzado a perseguir y matar a la otra mitad. Mu Qing llegó tan rápido como pudo, pero eran demasiados. Sus discípulos intentaban herir al monstruo sin herir a las personas pero las estaba usando como escudos humanos. Era una mierda.

La segunda vez que vio a la niña fue por haberla oído. Había gritado y chillado tan fuerte, cuando se volteo para verla estaba sentada en el suelo junto a dos cadáveres. Mu Qing se sostuvo la sien. Le dolía la cabeza, a los dioses no les da migraña, ¿Qué mierda es esta?. El monstruo estaba muerto y siendo quemado y los diputados intentaban ayudar a los vivos, curar algunas heridas.

Los diputados más cercanos a ella se asustaron y la levantaron por los hombros.

—Señor...— Mu Qing los sintió acercarse, arrastrandola hacia él. Solo escuchaba un pitido, y la vista se le esfumaba, borrosa.

—Ya, ya la vi— habló agitando la mano. Coloco la punta de su sable en el suelo y se apoyó en el mango. Respiró. Sintió un par de manos en su espalda y tres tipos distintos de poder espiritual intentando aliviarlo. Eran buenos chicos.

La niña lloraba y zapateaba, intentando zafarse de las manos de sus discípulos y correr hacia los cadáveres. No lo logro.

—Limpienle la herida del rostro y alimentenla— habló y los tres chicos con la niña desaparecieron de su vista.

Se sintió mejor una vez que quemó los cadáveres. Al parecer sus diputados habían pedido por refuerzos cuando lo vieron tambalearse, y ahora había dos nuevos de ellos dándole poder espiritual limpio para ayudarlo a recuperarse.

Habían pasado horas cuando volvió a ver a la niña llorando. Y ahora se sentía mucho mejor así que pudo observarla con detenimiento. Tenía un enorme corte en el rostro, ojos negros tan oscuros e inmensos y el cabello desordenado y mojado con alguna extraña mezcla de sangre, sudor y lágrimas.

Cuando vio pasar uno de los tres diputados que más temprano, aún con la luz del sol, se habían encargado de ella, lo llamo con un movimiento de manos.

—¿Señor?

—¿Qué ocurrió con ella?

—Se alejo de nosotros cuando íbamos a vendarla. Solo se separó de los cuerpos cuando nos vio quemarlos.

—Mn

—¿Debería...

—Traiganla con nosotros— habló y dió media vuelta, sacudiendo su coleta, antes de desaparecer hacia los cielos.

୧ . ˚ ♡‧₊˚⋅ ⊰

Era una pequeña bola de mugre sentada en su sofá. Tan sucia como Feng Xin cuando Mu Qing le prohibía sentarse en los sofás, así que lucía contradictorio.

Tenía leche y galletas en la mesa, y Mu Qing estaba sentado con las piernas en un bollito en el sofá más alejado a ella de todos. Mirándola fijamente. La niña no se movía. 

Estaba vendada de forma pauperrima, ya que no dejaba de llorar y gritar cada vez que intentaban tocarla. A Mu Qing le traiga recuerdos indeceados. De niños indefensos, de niños infectados, de él mismo. Los niños no eran algo que le agrade tener cerca.

Los Extras de la Pareja Secundaria (FengQing)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora