Charles tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano para levantarse de la cama a la mañana siguiente. Debería sentirse eufórico. La inauguración de su local había sido un éxito y había pasado una noche maravillosa con Carlos pero, como sospechaba, él había desaparecido.
Entró en su local sintiéndose más triste que nunca. Las dos personas que había contratado para ayudarlo por las mañanas llegaron poco después y trabajaron en silencio porque Charles no tenía ganas de hablar con nadie. Necesitaba tiempo para pensar.
O más bien tiempo para regañarse a sí mismo por haberse dejado llevar una vez más.
No podía seguir así… ¿A quién quería engañar? Lo único que Carlos tenía que hacer para llevarlo a la cama era sonreír y ofrecerle una simple disculpa. Charles nunca se había visto como de uno de esos donceles ingenuos a los que sus amigos y él criticaban. Pero, por desgracia, era inteligente en todos los aspectos salvo en el de las relaciones.
Cuando le sonó el móvil y vio el número de Sergio en la pantalla, dejó escapar un suspiro de alivio. Hablar con Checo siempre lo hacía sentir mejor.
–Te has levantado muy temprano…
–Charles, soy Max.
–¿Qué ocurre? ¿Checo se ha puesto de parto?
–Estamos en el hospital y me ha pedido que te llamase porque no encontramos a su madre y el pobre está un poco asustado. Creo que quiere tener a un doncel a su
lado, yo lo estoy volviendo loco.–Voy para allá ahora mismo –dijo Charles.
–Gracias.
Después de darle instrucciones a sus empleados, Charles salió a la calle y paró un taxi. No tenía tiempo de llamar a Toto. Además, quería llegar al hospital cuanto antes para estar con Sergio en el gran día, aunque debía admitir que el parto le daba pánico. En el mostrador de información del hospital le dieron el número de
habitación y Charles llamó a la puerta, temiendo lo que podría encontrarse.Max abrió, exhalando un suspiro de alivio al verlo.
–¿Cómo va todo?
–¡Charlie! –gritó Sergio–. ¡Cuánto me alegro de que hayas venido!
–¿Aún no ha llegado el bebé?
–Estoy deseando, pero aún no.
–¿Necesitas algo?
–No, pero quédate conmigo. Estoy muy gruñón y el pobre Max empieza a estar desesperado.
–¿Gruñón, tú?
–Siéntate, Charles–dijo Max, ofreciéndole una silla.
–¿Estás emocionado? –preguntó Charles, apretando la mano de su amigo.
–Emocionado y asustado. Solo quiero saber cuándo van a ponerme la epidural –respondió Sergio.
–Todo irá bien, ya verás. Vas a tener un bebé precioso.
Sergio miró a su marido con una sonrisa en los labios y Charles tuvo que girar la cabeza. Él quería eso, el amor que había entre Sergio y Max, su complicidad. Angustiado, se levantó abruptamente, con los ojos llenos de lágrimas.
–Vuelvo enseguida. Tengo que llamar por teléfono… para ver cómo va todo en el café.
Durante el día mucha gente fue al hospital, pero la primera fue Marilú Pérez, la madre de Sergio. Lance, Pierre y George también pasaron por allí, pero no se quedaron mucho rato porque había demasiada gente y Charles decidió ir a la sala de espera para no molestar.
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Deshecho [Charlos]
FanfictionLos uniría aquel embarazo? ¿Solo una noche? Sí, seguro. Charles Leclerc debería haber sabido que no sería así. Cuando una noche de pasión con Carlos Sainz desembocó en un embarazo no planeado, Charles se encontró en un atolladero. Sabía que el enig...