Aitor. Anal grabado en la T4.

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A Aitor. Desde que me contaste esto, no puedo coger un avión sin ir al baño en el aereopuerto, a ver si me encuentro con un piloto igual de dotado que tu, que me dedique una buena corrida.

Una casualidad de la vida lo ha propiciado. Una de esas que parecen irreal por poco probable. Ellos lleban años hablando por redes por donde todo surgió de la manera más común hoy en día. Un comentario subido de tono y un mensaje privado. Una chispa que enciende un fuego. Así empezaron las interminables charlas por mensajería. Ella y él son muy activos y muy sexuales, entienden las relaciones muy parecido. No confundir amor y sexo pero entregarse siempre al máximo. No había otra posibilidad y aquellas charlas pronto se convirtieron en una droga. Algo que les excitaba tanto a los dos que cada día se dedicaban profundos orgasmos que se regalaban el uno al otro describiendo esos momentos de máxima excitación en frases eroticas, pornograficas. Cuando empezaron a escuchar sus voces en llamadas de teléfono la atracción se desató aún más. Tanto que al final el destino puso un muro entre ellos. Ella primero y él poco después encontraron pareja antes de materializar un encuentro real entre los dos piel contra piel, pero aún así siguieron un tiempo más con su juego particular. La vez que más se les fue de las manos ella estaba de viaje en el asiento trasero del coche con su pareja y un familiar. Eva no pudo evitar excitarse tanto, hasta el punto que llegó a correrse a centímetros de esas personas sin que se percataran. Aquello fue una alarma y ella decidió poner una distancia para evitar algo que la había empezado a preocupar. Siempre que Eva follaba con su pareja, no podía evitar pensar que en realidad lo estaba haciendo con su amigo Aitor.

Pero la relación de ambos con sus parejas cambió. Aitor estuvo poco tiempo solo, antes de empezar otra aventura, pero Eva dejó a la suya y retomó el contacto con Aitor. Nada había cambiado, al contrario. La intensidad de esas charlas había multiplicado su poder sobre los estímulos de ambos.

Esta mañana se han saludado como todos los días. El deseo acumulado les ha llevado a relatarse mutuamente como se masturbaron anoche cada uno pensando en el otro y después ha surgido. Aitor le ha dicho a Eva que debía dejar de hablar o perdería un vuelo de trabajo a Londres con escala en Madrid. La casualidad es que ella debía viajar también ese día a Madrid a visitar a una pareja gay de clientes de la inmobiliaria para tratar de convencerles de una compra. 45 minutos. Desde la llegada programada de ella hasta el embarque de él, destino a UK, ese tiempo era el que podrían compartir en el aereopuerto.

Aitor al llegar a la T 4 ha ido hasta la cafetería más cercana a la puerta por la que desembarcaría ella. Diez minutos de retraso y la ve venir andando rápido hacia él. Apenas queda tiempo para un café rápido. Aitor ansioso mira el reloj y la vuelve a mirar a ella. Eva es rubia con el pelo muy corto. Hoy se ha querido poner atractiva para conquistar a esa pareja de clientes y trae un vestido cortisimo, pero sexy y elegante. Ella es baja, pero la sonrisa que viste da luz a toda la terminal. Habría que decir que la sonrisa que esconde debajo de la ropa es aún más amplia. Durante los vuelos han estado escribiendose mensajes cargados de sexualidad, hasta pornográficos. Ella ha pensado en ir al servicio del avión y masturbarse de lo mojada que estaba durante ese vuelo. Él no lo ha pensado. Ha ido, se ha masturbado y además lo ha grabado en vídeo y se lo ha enviado a ella. Al verse, esa intensidad toma el protagonismo, tanto que ninguno de los dos puede disimular su estado. En el caso de él, no sólo físicamente por el abultamiento de su bragueta, todo su lenguaje dice que está excitado al máximo nivel. Ella no lo lleva mejor y en el momento de saludarse hasta se le escapa un gemido. A él no se le ha pasado ese detalle. Ni otros.

-. Joder Eva. Que ganas tenia de verte. Y de olerte, porque hasta me parece...

-. Aitor no seas cabrón que llevo así desde las seis de la mañana que sabemos que ivamos a vernos y me cuesta disimularlo.

Relatos eróticos breves.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora