6 Sra Monet

558 73 8
                                    

En camino al encuentro con Monet me pregunto si su alias se debe al famoso pintor y puesto a que me ha convocado en un museo, creo que podría ser de esa manera. Llego al lugar que está vacío extrañamente

—Buenos días —pregunto el recepción según las indicaciones que me dió mi contratante— busco a la Sra Monet.

—Buenos días —una mujer de cabello negro y ojos grises me estrecha la mano—, la señora ha reservado la galería y aún no llega, pero puedes esperarla adentro. Yo soy Liesel Marchant, la dueña, si necesitas algo me avisas.

Me acompaña a una de las salas y me deja ahí, con 15 minutos habiendo llegado antes me dispongo a ver las obras sin mucho más que hacer. Veo cada tema de las 2 salas y me doy cuenta que llevo pasada media hora de nuestro encuentro y ella no aparece, no tengo la cancelación de la cita, vuelvo hacía la mesa de entrada y la pelinegra ya no está. Decido sentarme en uno de lo bancos frente a una de las obras.

Es una foto original, que saqué cuándo fui a un museo en mi ciudad de un pintor local

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Es una foto original, que saqué cuándo fui a un museo en mi ciudad de un pintor local. Espero que les guste.

—¿Te gusta? —oigo una voz y me doy vuelta rápidamente— ¿Te parece bello?

—El que me guste o no, es subjetivo ¿Qué es bello según cada persona?

La mujer viste un traje negro y un enorme sombrero cómo el de su foto de perfil a juego, que absurdo me parece su vestimenta, en algún momento conoceré su rostro a menos que quiera coger con esto puesto.

—Tienes razón Frida ¿Te pusiste así por Frida Kahlo?

—¿Usted por Monet?

—Estaba entre Monet y Artemisia.

—Gentileschi, una pintora particular cómo sus obras en si. También su historia.

—Bueno digamos que compartimos algunas cosas, cómo el odio a veces hacia los hombres. En el rubro que trabajo, sigue siendo algo machista -se acerca pero sigo sin poder ver su rostro-. Esta es la cuestión Frida, me gustaría pasar la tarde con alguien culta que sabe de arte y conversar un poco, hoy no habrá sexo. La condición es que no intentes saber mi identidad ¿Crees que vas a poder con eso?

—Sí.

Paseamos por la galería viendo las salas y obras expuestas, me sorprende la cantidad de cosas que sabe ella sobre arte e historia del arte. Paramos en el café del museo finalmente se saca el sombrero y un antifaz cubre su rostro, pero al menos deja ver su cabello rubio.

—¿Cómo es que sabés tanto sobre arte Frida?

—Es mi carrera —Puedo ver sus ojos iluminados con un brillo especial— ¿y usted?

—Casi tengo 40 pero puedes tutearme. Eres demasiado joven ¿Cuántos años tienes?

—28. No has respondido cómo sabés tanto de arte —ella sonríe y en este rato, me siento mucho más cómoda con ella que lo que compartí con Galaxy, Sra Monet es agradable.

—Tengo un título en historia del arte que me saqué en Italia, pero no ejerzo cómo historiadora y antes de que preguntes, de la familia que yo vengo solo pueden estudiarse cierto tipos de carrera, historia del arte no es una opción por eso, no ejerzo ese título, sino que uso el primero que me saque que es de contadora.

—Bueno es una lástima, eres una buena historiadora —doy un trago a mi café—. Yo estoy por recibirme en mi carrera.

—Vi tus obras en tu perfil, me gustaron bastante.

—Gracias —sonrío—, la verdad es que ni siquiera las he exhibido en algún lado —menos aún autorice que las subieran a mi perfil, pero luego ya no quise borrarlas—, me queda un largo trecho para ser una pintora profesional.

—Vivimos en constante crecimiento y aprendizaje, creeme tus obras son buenas, deberías presentarte en algún concurso hasta podríamos hablar con Liesel y que ella las vea.

—Quizas algún día cuándo este lista para que sean expuestas, pero gracias por tus palabras de apreciación —le sonrió y ella por inercia me responde el gesto.

La charla es tan amena que el tiempo se pasa, la alarma en los teléfonos de cada una de la aplicación suenan y nuestro encuentro ha concluído. Ella paga la cuenta me pasa el sobre con lo acordado, y nos retiramos del lugar, afuera me despido de ella con un beso en la mejilla cómo lo hice con Galaxy y voy hacia mi motoneta, ella me mira y sonriendo de sube al auto que viene a buscarla.

Espero que vuelva a pedir una cita, me ha gustado pasar el tiempo con ella. Voy al banco y entrego los 10 mil más, la deuda finalmente va a la mitad y eso me deja más tranquila. Mi teléfono suena.

—Hola dulzura —es Nina del otro lado- ¿Estás muy ocupada ya?

—Iba rumbo a ver a mi madre, me quedaré allí hoy.

—¿Y el trabajo?

—Estoy de vacaciones.

—Bien ¿Cuándo podemos vernos entonces?

—Mañana en la tarde si quieres.

—Genial. Quiero llevarte a comer a una feria de food truck, sé que te encanta la comida grasosa, poco saludable callejera —me río, hablamos un momento más y corto.

Camino a ver a mi madre y hermana sigo pensando en Sra Monet, pero el pensamiento rápidamente es arrasado cuándo paso justamente por la joyería de aquel día y me doy cuánta de que aún no devolví el anillo.

Aquel día se repite en bucle en mi cabeza al menos una vez al día, con lujo de detalle, es cómo si la memoria fotográfica traumática hubiera capturado cada detalle por mínimo que parezca, para hacerme rebobinar y reproducir mentalmente todo una y otra vez. Todo pintaba a un día normal, uno por así decirlo de rutina...

Un oscuro secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora