Capítulo IV: Because.

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-Entonces, cuando había lanzado el anzuelo sin querer arranqué su chaqueta y -comenzó a reír eufórico mientras recordaba su relato.

Su compañero no dejaba de mirarlo sonreír y verlo tan feliz mientras se llevaba la comida a la boca.

-Por tratar de esquivarlo. Cayó en un charco de lodo. -No podía ni formular bien las palabras. Rió tanto que le comenzó a doler el estómago y sus ojos lloraban.

-Debió resfriarse ese día. -respondió entre risas y mirando su plato, esperando que el castaño no notará sus mejillas rojas-

-Sí, pobrecito. Mamá me regaño mucho esa vez y me obligó a llevarle comida todos los días.-Retomó su comida después de limpiarse las lágrimas.- Aún así, él siempre me decía que fuéramos a pescar o si le pedía ir de campamento, él iba conmigo.

-Ah, así que realmente siempre has estado con él, eh?-algo había en ese tono que a Minho le hizo respingar y mirar al mayor que ya no despegó más su vista del plato.

-Celoso, Channie?- el mayor tuvo un pequeño tic en el ojo y lo miró ruborizado

-¡Claro que no! Yo... Yo; solo fue un comentario, yo no estoy celoso.- al ver la risa coqueta y amable del castaño, se enfadó un poco y le obligó a tomar otro bocado de comida que él mismo dirigió al pequeño. - Ponte a comer mejor.

¿Hacía cuánto no le dolía el estómago por reír tanto? Se sentía cómodo y muy agusto, había podido comer todo lo que había en su plato y había visto sonrojarse al chico de sus sueños, era un sueño, totalmente.

-Quieres comer algún postre? -secaba sus manos con el trapo de cocina y miraba al castaño que estaba acostado en el suelo.

-No, me siento muy lleno.

El teléfono comenzó a sonar e inmediatamente se levantó sabiendo de quién era la llamada.

Lo dejó caer y se fue a la habitación sin decir una palabra, el rubio de rizos enseguida supo lo que había pasado y tomó su teléfono, no quería preguntar y no iba a presionar al menor.

Sabía que no todo era felicidad y no siempre iba a obtener lo que quería, pero sabia perfectamente bien que lo había hecho mejor que los demás, entonces ¿por qué no?

-¿Por qué no fuí seleccionado? Lo hice bien... Di lo mejor de mí.

Se hundió en la almohada y prefirió no salir más de aquella habitación, se sentía devastado.
No había pasado ni una semana de aquel incidente y ese hombre fue quién juzgó su presentación, sin embargo, querían que estuviera en la empresa ¿qué juego era ese? Él ya no era un bailarín de respaldo, no se iba a esconder en la sombra de ese famoso grupo, quería ser la estrella la próxima que estuviera en un escenario.

Su cuerpo era tan pesado que ir al baño incluso se sentía como caminar por tierra movediza.

Las semanas habían transcurrido así, cada que intentaba salir de su cama caía al suelo por la pesadez de su cuerpo.

El rubio cada vez se preocupaba más, y cuando mencionaba a un psicólogo el castaño se enojaba y alegaba no estar loco. Cuando reaccionaba se daba cuenta que no había sido justo con Chris y sin embargo, repetía la historia.

Por otro lado, Chris iba de un lado a otro en la empresa, por fin había encontrado a su grupo y tenía que estar ahí más tiempo que antes, era el líder y hacia cualquier cosa para poder estar con ellos al debutar.

Notó que ellos estarían en cualquier lado que él fuera y sin importar la razón, entenderían sus acciones.

-Hyung, ¿y el chico al que le tomé la mano el día de la audición? Dijiste que lo conocías.

-Lee Minho?

-Sí, él estaba muy nervioso ese día.

-No lo aceptaron. Además, él... No ha estado bien estas semanas, me siento mal porque, nuestros horarios ya no concuerdan y hablamos poco. No sé cómo ayudarlo.

-Hyung, él... No es el chico de la noticia...?

-¿Qué noticia?- un poco asustado enderezó su espalda y miró al chico que con tristeza buscó en su teléfono.

-Mira, salió hace un mes.-le entregó el teléfono y rascandoce los codos miraba preocupado al mayor.- Los lugareños le hablaban y le hablaban pero él jamás volteó. Decían que llevaba la ropa llena de sangre y desgarrada. Tristemente no vieron a los hombres que le hicieron eso.

-¿Cómo? Es él, pero no llegó así a mi casa... -enunció en voz baja, generando dudas en el menor.

-Jisung, cuando los llame, Changbin y tú vayan a mi casa y por favor busquen en cada rincón que encuentren. Busquen esa ropa.-salió corriendo con desesperación a su departamento.

¿Cómo es que no lo notó? Si él se fue para su casa, en que momento Lee Minho se detuvo a limpiarse todas las heridas que tenía ¿Por qué jamás se las mostró? ¿Acaso no confiaba en él lo suficiente?

Se detuvo al estar frente al edificio, miró hacía arriba y vió aquella sombra que tanto deseo no fuera de quien pensaba.

¿Cómo pude abandonarlo así?

¿Por qué no estoy en casa con él?

¿Por qué no compré los vuelos a Australia ese día?

Por favor, Min min, espera por mí un poco más. Por favor.

-¡LEE MINHO!

¿Volveré a ser...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora