Las feromonas y su enojo estaban a flor de piel tras lo sucedido con su tío y sus piernas guiaban más el camino que su cabeza.
Terminando en cualquier taberna de esquina el cual terminaba cualquier plebeyo hundido en el más barato vino que puede permitirse su pobre bolsillo.
Por su presencia era presa de miradas disimuladas en el público.
Claro su cabello era algo distintivo.
Llevaba poco más de seis copas y le daba la razón a su tío en sólo una cosa, es la bebida más mala que podrás tomar, pero consigue el efecto que quieres rápido.
Nadie se le atrevía acercarse y se mantenían alejado de las mesas más cercana a las suyas y quién diablos jugaría con su cuello al dirigirle alguna palabra.
La respuesta es nadie, Rhaenyra sabe que la mayoría sabría de quien se trataba y por eso se mantenían al límite.
Y eso no le molestaba, se le agradecía, no estaba para soportar a ningún borracho.
Las puertas del lugar se asotaron de golpe dejando entrar al perturbador de la tranquilidad del lugar. Era un hombre que fácilmente le sacaba a Rhaenyra varios cm de altura, con barba y cuerpo corpulento.
Rhaenyra no le tomo importancia a su entrada aunque el ambiente de la taberna haya cambiado a uno incómodo.
- Tranquilos, sólo vengo a disfrutar de un buen trago.- se ríe, ocupando una de las mesas cerca de la princesa.
- Pues aquí no lo encontrarás.- responde más para ella misma que para el hombre.
Su última copa había terminado y no podría permitirse perderse más, tenía un compromiso de mayor importancia esa noche.
Aunque no sabría si Alicent la aceptaría en ese estado, demasiado borracho.
Inclinándose para levantarse de la mesa, el señor dueño de la taberna que la estaba atendiendo hasta ahora, se acerca obstruyendo el paso.
- No puedes irte sin pagar, son 10 dragones de oro.
- ¿10, Te quieres comprar una casa? por una bebida como está mínimo 50 peniques o menos.- su voz salió cómo un hilo de quejido, ¿Cómo puede ser que algo tan malo tenga ese costo?
Nadie aquí podría tener ni siquiera una de ella, me están tomando el pelo.
- Basura o no, no puedes irte sin pagar, vagabundo.
El señor estaba bromeando seguramente, no puede llamarme vagabundo y luego pedirme 10 dragones de oro por algo como esto. Tiene la audacia de robar descaradamente a la princesa sin vergüenza.
- Si fuera realmente un vagabundo, no me pedirias esa cantidad, no cuento con eso ahora.
Una risa estruendosa choca con sus oídos y el de los presentes, realmente ruidosa y exagerada, llamando la atención a la fuente de esta.
Era el hombre que había entrado hace poco y de su barba se derramaba líquidos del alcohol de una manera desagradable. Limpiándose con el dorso de su mano coloco su copa en la mesa, ocasionando otro sonido estruendoso.
- ¿La realeza sin oro? Eso debe de ser un chiste.- prosigue con voz áspero y burlona como si de un show se tratase.- Si todo nuestro trabajo cae en su bolsillo.
A Rhaenyra no le había caído de la mejor manera aquel hombre, y que insinúara que era una ladrona cuando la que estaba siendo robada era ella en este lugar, no lo puso en una mejor posición con ella.
- No le robamos a nadie.- le respondió desafiandolo con la mirada, aunque era del tipo de persona que era mejor ignorar, ella no lo pasó de largo.
Aquel hombre por su aroma supo que era un alfa al igual que ella y con razón, mantenía su mirada firme al cual cualquier Omega se habría intimidado y encogido en su asiento.
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Una Línea Delgada (Rhaenicent)
Любовные романыEl día en que Rhaenyra es presentada como un Alfa, es el día en que la gran noticia de su padre es anunciada, quebrando su corazón. En esta historia nueva que vengo a contar. Narrare los sucesos de la serie modificada con partes canon y ambientado e...