17. Daeron y Jacaerys.

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El cuarto príncipe de la reina había llegado y con ello poco meses después el primer retoño fruto del matrimonio de la princesa y Lady Laena.

Los dos príncipes recien nacidos era la noticia que más hacía sonreír y calentar el corazón de las personas.

La pareja joven estaba en bocas de todos, era de lo que más se comentaba y rumoreaba en el castillo. Jóvenes llenos de gracia y amor, una fantasía.

El rey quería que ambos príncipes compartieran una nodriza, para tener un vínculo más cercano entre ellos.

Claramente esto no sucedió, Alicent se había negado siempre desde su primer hijo a que tuvieran nodriza, al igual que Laena. El Rey y Rhaenyra sólo podían decir que eran muy celosas con sus cachorros.

Había diferencia entre ambos a pesar de que los dos era hijos de Rhaenyra. Sólo una, Daeron tendría el cabello platinado como todos sus hijos y Jacaerys negro.

A Rhaenyra y Laena no le pareció algo fuera de lo común, contando el linaje de su abuela Rhaenys.

Rhaenyra amaba a ambos niños, era la bendición que siempre quizo tener. Por suerte pudo estar en ambos partos, y fue humillada por ambas mujeres en su parto, casi podía decir que sufrió fractura en su mano.

El parto que se complicó más fue el de Laena, del cual puso de los nervios a Rhaenyra, no perderdia el miedo que le generaba cada parto, a pesar de que ya tiene cuatro hijos. Los amaba, pero odiaba que tanto Alicent como ahora Laena pasarán por tal dolor.

Alicent después del nacimiento de Jacaerys se había puesto más sobreprotectora con sus hijos, y su relación se encontraba volviendo más distante.

Mientras que con Laena era más cálido. Podía sentirse feliz de poder ahora presumir a su hijo delante de la corte y de todos, lo que no puede hacer con los hijos que tiene con la reina.

De igual manera no perdía el tiempo con sus ellos, estaba siempre que lo necesitace, como su hermana. No pudo evitar odiar a su padre por pasar menos tiempo con sus hijos, cuando necesitaban un padre y este sólo se hundía en su consejo, era prácticamente invisible para ellos.

Aegon a veces podía notarlo con un semblante desolador, la atención siempre había sido importante para el niño, como le gustaría decirle que su padre siempre está jugando con él y nunca lo había dejado de lado.

Apenas tenía nueve años para sentirse de esa manera por culpa del descuido de su padre. Lo odiaba tanto.

Y este año se celebraba el primer onomástico de Daeron. Como cuarto príncipe del rey, Viserys si tiene el tiempo para planificar bien los eventos en vez de planificar un espacio para darles a sus hijos.

Quiso que ambos príncipes sea celebrado el mismo día, como hermanos, por lo cerca de su nacimiento.

No pudo errar más con su esposa.

Esto molesto a Alicent, que no estaba de acuerdo con dicha propuesta, lo hizo saber muy bien en el consejo, que frecuentaba ocasionalmente.

- Mi rey, los príncipes tienen meses de diferencia entre ellos, cada uno merece su día para brillar.- objeto con molestia e indignación.

Rhaenyra del otro lado de la mesa era ausente del tema, movia inquieta la bola en frente de ella.

- Mi hijo y mi nieto disfrutarán estos días en su celebración. Ellos serán los protagonista de su propio onomástico compartido.

- Majestad yo quisiera que el primer onomástico de mi nieto sea planificado por la familia Velaryon, sería un honor para nuestras casas.- Propuso Corlys Velaryon, que no estaba de acuerdo junto con la reina de que su nieto sea opacado por el principe del Rey.

Una Línea Delgada (Rhaenicent)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora