Una Línea Delgada (Rhaenicent)

5. Aegon II

El embarazo de Alicent transcurrió tranquilo aunque un poco estresante, los síntomas era horribles y la única manera de calmar su dolor era en aguas bastante tibia, como si estuviera consintiendo a un pequeño dragón. Se sentía pesada y nada deseada, pero la Targaryen le decía lo contrario cada día.

Rhaenyra no se había separado de Alicent desde que se entero de su estado, al contrario parecía la sombra de la omega, siempre pendiente de ella y de lo que necesitaba, tanto emocional como en la intimidad que no ha parado de tener con la castaña. Sin embargó estos últimos meses ha tenido mucho cuidado con eso, pues no quería hacerle daño al bebé, aunque Alicent le diga lo contrario, ella ha tomado sus precauciones.

Viserys también estaba bien atento de lo que cabe posible, pero no tan presente como su hija al cual le hacía feliz que estuviera tan al pendiente de su futuro hermano. En un principio pensó que Rhaenyra no estaría al pendiente de su hermano o si lo consideraría por la relación estropeada que tenía con ella, pero ha sido una sorpresa para el rey el interés de su hija por el niño.

Le hace sumamente felíz que en un futuro todo sean unidos y queridos como una familia sin diferencias.

En una bañera de agua tibia se encontraba Alicent al anochecer en su recamara respirando hondo y relajando sus hombros. Su cabello estaba recogido en un moño grande y trataba de calamar los dolores que ocasionaba su hijo en ella. Tratando de encontrar el sueño.

A su lado estaba Rhaenyra que se apoyaba en la bañera con sus dos brazos espectante a la omega, en busca de cualquier incomodidad y siempre alerta, ya que Alicent se encontraba a punto de dar a luz en cualquier momento.

Sus ojos lavanda se posaban en ella y su mano cariciaba el vientre hinchado sumergido en un agua bastante caliente a su parecer.

— Te quieres hervir como un pollo.

Alicent suspira y abre sus ojos con pesar.

— No sabía que fuera tan complicado llevar un Targaryen dentro de mi.— Responde undiendo más sus hombros en el agua.

— Mi madre tuvo las mismas complicaciones...

La preocupación crecía en el pecho de la princesa a medida que avanzaba el embarazo, más preocupada por como salió el último embarazo de su madre, era inevitable no sentirse con miedo de perder a la persona que ama.

Alicent mirando los ojos decaído de la princesa levantan su mano y le acaricia la mejilla con delicadeza, entendiendo sus preocupaciones y miedos, algo que ella también tenía pero trataba de evadir esos pensamientos.

— Todo va a salir bien Rhaenyra.

Dejándose llevar por las caricias de la mano de la reina se inclina y le da un corto beso en los labios.

— Si.— asiente deshaciendo cualquier sentimiento negativo para no sumergir a Alicent en ellos.

— ¿Cómo te fue en el entranimiento hoy?

— De hecho excelente, he podido tocar a Criston tres veces, es un pequeño avance para tantos meses...— las palabras denotaban un poco de decepción.

—Ser Criston es un caballero con mucha experiencia, no te sientas triste por no poderlo derribar aún, llevas muy poco prácticando y te has saltado varios por estar conmigo.

— No puedo dejar que pases esto sóla.— resoplando salpicando agua contra la cara de Alicent, que se queja sonriente.— Además aún cabe la posibilidad de que ese pequeño dragón sea mío, ¿Cómo dejaría que mi pequeño y su madre estén solos?

Alicent sonríe amorosamente por por el detalle que tenía el Alfa de siempre estar ahí para ella.

Pasaron un rato más en silencio hasta que Alicent le recorre una punzada de dolor que hace que se inclinara hacia adelante, preocupando a Rhaenyra que inmediatamente se levanta con miedo.