12. Incierto.

1.6K 163 14
                                    

Alicent se encontraba en su cama sin poder dormir, su mirada caía en el techo recopilando todo lo sucedido.

Hasta que un sonido desconocido le saco un susto, se escuchaba algo siendo arrastrado y con la oscuridad en su recamara le dificultaba la vista.

Con miedo se sentó en su cama y un viento gélido voló en su dirección. Inmediatamente quiso llamar al guardia, pero una sombra rápidamente se colo en su cama y tapo su boca.

Al mirar de cerca al intruso pudo ver sus brillantes ojos violetas y su reconocido aroma.

- ¿Rhaenyra...?- sus palabras se ahogaron en la mano de la princesa.

- Hola...

Alicent pudo notar su cuerpo agitado y el calor que emanaba de ella. Se preocupó por su estado.

- Pareces un ladrón, ¿Qué haces aquí?

Rhaenyra se sentó al frente de ella y se quitó la capucha que llevaba con ella, dejando libre su característico cabello.

- Dije que nos veríamos después, además tengo días sin poder estar contigo.

- Sí...

- No quería irme sin aprovechar está noche.- su sonrisa pudo ser visualizada para Alicent entre tanta oscuridad, una poca luz podía colarse por las cortinas, pero aún así decidió levantarse para prender una vela cerca de su cama.

- Tengo entendido que será una viaje de ida y vuelta, el rey no puede quedarse por más en su condición.

La mirada de Rhaenyra recorrió el cuerpo de la Hightower, el vestido era un poco transparentoso y delineaba muy bien su figura.

- Sí...- se deslizó por la cama para estar más cerca de ella.- Pero aún así te voy a extrañar.

Alicent se acerca a su cara sosteniendo cariñosamente su mentón.

- ¿Cómo llegaste a mi recamara? - pregunto cerca de sus labios.

Rhaenyra no podía decir que fue gracias a al pergamino que le dejo su tío para escaparse esa noche.

- ¿Casualidad...?- sin llegar a dar más detalles unio su boca con la de Alicent.

Sus brazos se envolvieron alrededor del cuello de la princesa, dejándose guiar por los deseos de su amante.

Las feromonas comenzaron a mezclarse cuanto más la princesa presionaba a la Omega, su cuerpo la aprisionó contra la cama y sus manos se entrelazaron entre si.

La mirada de Alicent se dilató y su aroma se desbordó, Rhaenyra pudo diferenciar ese aroma del habitual que podia percibir en su pareja.

Separando su boca de la agitada Omega, frunció sus cejas con curiosidad.

- ¿Estás...?

Alicent no le dió tiempo de terminar su pregunta, no quería responder ninguna en ese momento, sólo quería tenerla dentro de ella.

Tomando su boca la acerca a su cuerpo más, sumergiéndose en ella y en la suavidad de su cabello.

Rhaenyra no podía evitar sus deseos y los deseos de la reina por más que tenga esa pregunta flotando en su cabeza. Bajo sus manos hasta los muslos de Alicent, subiendo su delgado vestido en su recorrido de vuelta.

La piel suave contra su mano la hacia suspirar, apretó su agarre bajo ellos sin ser demasiado dura con ella.

- Ah...

La princesa hábilmente se deshace de la prenda de la reina y no pareciendo justo para ella la ayuda también a dejar de lado la suya.

- ¿Por qué guardas este secreto?

Una Línea Delgada (Rhaenicent)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora